El cuerpo como materia prima y expresión performática. La casa Encendida llena sus salas y el patio principal de una serie de propuestas donde el mundo de los sentidos, la expresión plásticas del sexo o la manifestación del cuerpo y sus delirios, a través de la danza o la música nos dirigen a campos inexplorados como manifestación artística. La tecnología también nos posibilita nuevas formas que juegan con la sobreexposición de los sentidos.

Comisariada por João Laia, la exposición y diferentes propuestas alternativas, analizan las interconexiones que se dan en la cultura contemporánea.

En este campo se explora la fricción entra la realidad material y lo inmaterial. El resultado es un choque, un shock en nuestra percepción que tiene como objetivo una nueva visión de nuestra propia sociedad. La tecnología convive con la ciencia, con nuestro cuerpo, con nuestras percepciones y con nuestra sexualidad cotidianamente.

La experiencia Transmissions from the Etherspace ahonda sobre la relación que existe con los sentidos como el tacto, enfocado en las imágenes a través de nuevas formas de representación y el consumo y monetización de los placeres y los sentimientos: el deseo, el afecto, la sexualidad. Las diferentes salas proponen todo tipo de relación como la dependencia de la economía que genera la tecnología cuando se aplica con los recursos que ofrece la Naturaleza, o los efectos del trabajo invisible y las prestaciones laborales.

El lado oscuro de la web es uno de los contenidos que Transmissions from the Etherspace, expresa. Lo tecnológico también genera fuerzas inconscientes no siempre valorables como positivas. En ese campo de la especulación, las distintas propuestas ahondan sobre la creación de mitos, la vigilancia y el control que crea el mundo virtual y la tecnología.

Fantasmas generados de algoritmos, espectros de un posible infierno de falsa libertad. El espacio de la Casa Encendida actúa como un gran nudo de conexiones de todas las posibilidades que nuestro cuerpo y la tecnología pueden generar en una superposición. Las obras de Arte se comportan como espejo de las disonancias, que la tecnología ha ido generando en nuestras experiencias y acciones en el día a día.

La exposición, al igual que los datos es cambiante, esa temporalidad continua sirve para provocar espacios móviles y expresiones cambiantes. Así hemos podido comprobar en la primera de las propuestas que se ha llevado a cabo este Jueves, Présage, de Hicham Berrada y Laurent Durupt fue un espectáculo que aunaba intuición, conocimiento, poesía y ciencia. A través de recipientes y el vertido de ciertas sustancias químicas se iban generando distintos efectos que iban proyectándose generando distintos ambientes. El efecto generaba un encuentro orgánico en una proyección donde Laurent Durupt creaba sonidos envolventes.

La sesión de este sábado, Living Metals (Teh Luminiferous Aether de Robin Watkins), ha supuesto toda una inversión en proyecciones sónicas generadas por grabaciones de campo de las radiaciones del sol, acompañadas por imágenes.

Esto ha creado toda una conexión física con el público. Una experiencia cercana a los experimentos visuales de José Val del Omar. El espacio por tanto, construye una personalidad envolvente una experiencia de sentidos que han posibilitado nuevas percepciones.

Hasta el 28 de Mayo se podrá sentir todo este cúmulo de experiencias, un conjunto de artistas como Jacolby Satterwhite, Pepo Salazar, Emily Wardill, Sophia Al-Maria, Nina Beier, Hicham Berrada, Joana Escoval, Celia Hempton, Shahryar Nashat, Andrew Norman Wilson... Nuevas formas de ver la tecnología y lo orgánico.