Es la segunda vez que ocurre en la historia de Cannes, después de la hoy virtualmente desconocida, la rusa Yuliya Soltseva, por "La epopeya de los años de fuego" en 1967 y lo ha hecho con un remake del clásico de Don Siegel "El Seductor" de 1971. En realidad y a pesar de que esta nueva versión se llame "La Seducción", ambas conservan su título original: "The Beguilded" y dicho sea de paso más que un remake ambas se basan en la novela original de Thomas Cullinam.
Para quién no haya visto la película clásica, la trama transcurre sobre un soldado confederado interpretado por Clint Eastwood, quién realmente es un desertor de la guerra civil americana, que está malherido y logra llegar a una escuela de señoritas. Estas le curan y más tarde comienza a seducirlas una a una para provocar grandes celos entre ellas. Se trataba de una metáfora de las relaciones humanas, dando una visión terrorífica sobre los celos y la venganza sin ningún tipo de cortapisas. Película muy arriesgada y polémica en su día que con el tiempo se ha convertido en un clásico.
Dada la política actual del Cine americano a la hora de hacer remakes ya no resulta extraño que hagan una versión moderna de este film (cualquier día nos van a sorprender con una nueva visión de El Padrino).
Lo que ocurre es que al ser efectuada por una directora tan poco convencional como Sofia Coppola merece un pase.
Desde luego no tiene nada de mala pinta en las imágenes que tenemos. En esta sustituimos a Clint por Colin Farrell y a la malvada Geraldine Page de la original, por Nicole Kidman, además de la ya actriz fetiche de la directora, Elle Fanning. La estética parece estar cercana a la que empleó en la infravalorada "Maria Antonieta" aunque se trate de diferentes épocas y lugares. Algo muy kitsch pero de acuerdo con la personalidad de la realizadora.
Ultimamente la teníamos bastante perdida en lo que se refiere a proyectos de calidad. Conviene recordar que al ser hija de uno de los directores más importantes de la historia, ha tenido que luchar mucho para dejar claro que no estaba ahí por casualidad.
Su aparición como hija de Michael Corleone en 'El Padrino III' estaba a la altura del despropósito general que fue la película y Sofia, fue duramente criticada con bastante razón. A partir de ahí comprendió que su futuro estaba mejor detrás de las cámaras y tras su primera película "Las vírgenes suicidas" que tuvo un inexplicable éxito critico (aún hoy sigo sin entender su prestigio) fue capaz de concebir uno de los grandes largometrajes de este siglo XXI, "Lost in translation" un maravilloso film que logra mostrar las relaciones humanas entre una joven ociosa y un maduro actor cómico en el lugar más alejado y frío para el afecto: Tokio.
Aparte del estupendo guión y mejor dirección sirvió para rescatar al gran Bill Murray, quién está como pez en el agua en un papel tan cómico como dramático y descubrir a Scarlett Johansson como actriz más allá de su belleza.
El largometraje puso en evidencia el talento de la directora para dejar de ser una "hija de papá" y fue galardonada con el mejor guión original en los Oscar de 2003 además de otras tres nominaciones, incluidas película, director y la más injustamente no premiada a mejor actor para Bill Murray. Aún se puede recordar la cara que pone este cuando escucha el nombre de Sean Penn como ganador del galardón en vez del suyo.
Luego vino la ya mencionada "Maria Antonieta" quién fue duramente criticada por su barroca y excéntrica puesta en escena, que dicho sea de paso es lo mejor del film. Más tarde hizo "Somewhere" que reflejaba el aburrimiento que sufre un actor, estrella de Hollywood en su vida en lo que se refiere a promocionar su imagen.
Esta película era una buena idea pero con la intención de mostrar el aburrimiento del protagonista, terminó haciendo que los espectadores se contagiaran tanto de las intenciones de la directora, que los bostezos fueron bastante frecuentes a lo largo de su metraje.
"The Bling Ring" ya fue una broma. No dudando de las buenas intenciones de su autora al querer mostrarnos la estupidez de cierto sector juvenil fascinado por las celebridades y su mundo vacío, no consiguió profundizar y se quedó tan en la superficie que lo único que se podía sentir por los protagonistas era indiferencia además del aburrimiento consabido de su anterior obra.
En cualquier caso, resulta muy interesante la obra de una cineasta que está empeñada en recorrer su propio camino, sin que le relacionen temáticamente con su progenitor (otro que lleva perdido más de treinta años del buen cine) con proyectos personales donde muestra un estilo y unas inquietudes muy particulares.
Creo que se ha ganado el derecho de que su nuevo y premiado proyecto sea contemplado con detenimiento. Y por supuesto con todas las ganas de ver buen cine, algo en peligro de extinción en nuestros días.