A unos 60 kilómetros de Málaga se encuentra Antequera, donde se halla la conocida como "colina de las Cuevas", donde se conservan dos de los dólmenes más famosos del mundo. ¿Quién los construyó? ¿Cómo los levantaron? Y sobre todo, ¿qué objetivo persiguen este tipo de megalitos?

El dolmen de Menga no es igual que los demás. Su gran tamaño lo diferencia de los demás de toda la cultura megalítica. Su galería de aproximadamente 26 metros y sus gigantescos pilares que sostienen el techo provocan auténticos rompecabezas a los arqueólogos. Esta galería conduce a una amplia cámara formada por 14 monolitos que fueron traídos desde la cantera de la Veracruz.

Siempre se ha pensado que los dólmenes son simples tumbas, es decir, poseen fines funerarios. Sin embargo, Juan García Atienza en su Segunda Guía de la España Mágica señala que "el hallazgo de sepulturas no justifica la consideración del dolmen como monumento funerario, pues sería lo mismo que decir que una catedral es un cementerio al contener más muertos que un megalito...".

El dolmen de Viera es de menor tamaño que el de Menga, pero no menos importante y enigmático. Su galería es de 19 metros donde una losa labrada da acceso a la cámara principal, con una forma cuadrada. Ambos dólmenes han sido víctimas de la depredación de los buscadores de tesoros y saqueadores, que hicieron desaparecer muchos restos que hubieran sido esenciales para la datación de estos enclaves mágicos.

Ante la ignorancia de la verdadera autoría de estos descomunales conjuntos megalíticos, la imaginación ha intentado tapar esos huecos de la realidad. La tradición cuenta que fueron gigantes los constructores de estos dólmenes, pues ellos serían los únicos capaces de transportar con facilidad estas grandes moles de piedra desde lugares lejanos.

Fuera quien fuese el autor de tales obras, los dólmenes de Antequera son una ventana al pasado más remoto. Son testigos vivos de la Historia, cuyas losas observan con atención a los visitantes que intentan descifrar sus enigmas, perdidos con el inevitable paso de los milenios.