Si una Distopía es el lugar o estado imaginario en donde 'todo' resulta desapacible, significa que nuestra actualidad ya no es una utopía o Sociedad ficticia, sino una infausta realidad.
Por lo general, una ficción distópica debe de describir mundos, tendencias y fenómenos de nuestro presente hacia límites más negativos, para poder recalcar las preocupaciones y miedos del momento en el que ésta se creó. El cine ya no es el único lugar en el que contemplamos narraciones distópicas, sino que nos basta con soñar despiertos las pesadillas de la actualidad.
Si Tomás Moro dijo que una utopía es una sociedad ideal, esto conduce a que nuestra sociedad es indudablemente distópico-caótica.
Volviendo atrás en el tiempo, Un Mundo Feliz (1932) por ejemplo, fue clasificado como 'traición a la ciencia' puesto que sus críticas hacia la cultura farmacéutica estaban fuera de lugar, ya que ésta se encargaba de salvar vidas. A pesar de ello, años más tarde Aldous Huxley será considerado el hombre más atinado para predecir el mundo en el que estamos viviendo hoy en día. No olvidemos su brillante manifiesto: "Una dictadura perfecta tendría la apariencia de una democracia, pero sería básicamente una prisión sin muros en la que los presos ni siquiera soñarían con escapar.
Sería esencialmente un sistema de esclavitud, en el que, gracias al consumo y al entretenimiento, los esclavos amarían su servidumbre."
De este modo, nos podremos preguntar si lo distópico nos muestra lo que podría haber pasado en cualquier ámbito, o en esencia, lo que realmente sucederá. En efecto, nuestras sociedades desarrolladas han dejado de soñar y sólo se conforman con el control, la manipulación o la pérdida de la individualidad.
Es cierto que hace más de 70 años que la Alemania nazi cayó, del mismo modo que lo hizo posteriormente la Unión soviética en el 91, pero nuestro bienestar no significa que tengamos que mantenernos sosegados ante hábitos constantes.
El futuro es el presente. Las tecnologías han llegado más de lo que nos imaginábamos; el consumo mundial es desorbitado; nuestro planeta se dilapida a velocidad de la luz; y hay muchos ya que se están preguntando si las distopías están entrando en nuestras vidas desapercibidamente.
¡Abramos los ojos a todas esas atrocidades del mundo en el que vivimos! Y si no logramos comprender las inquietudes, siempre podremos acudir a los 'maestros' que dedicaron su tiempo para intentar inculcar dichos pensamientos verídicos. El siguiente listado incluye los libros más beneficiosos y recomendados para la comprensión de los temas distópicos:
- Fahrenheit 451 – Ray Bradbury (1953)
- Un Mundo Feliz – Aldous Huxley (1932)
- 1984 – George Orwell (1948)
- El hombre en el castillo – Philp K. Dick (1962)
- Rebelión en la granja – George Orwell (1945)
- Nosotros – Yevgueni Zamiatin (1924)
- Todos sobre Zanzíbar – John Brunner (1968)