El Parque Nacional del Teide es el 'corazón' de la isla de Tenerife, pero su 'cuerpo' consta de otras maravillas que nos incitan a 'movernos' mucho más que el propio corazón. Esto de unir al Teide con Tenerife está pasado de moda y ya no es nada nuevo ni tampoco original. Cuando nos pregunten "¿Qué tal por Tenerife?" al volver de la mayor isla del Archipiélago Canario, se puede responder de una manera más vanguardista y decir algo como: "Las papas arrugadas con el mojo verde tienen el mismo sabor que las vistas desde el faro de Punta de Teno". Una de dos, o se quedarán estupefactos con la boca abierta o no tendrán ni la más remota idea de lo que estamos hablando...

La experiencia del Teide

En primer lugar, hay que reconocer que el Teide es la cumbre española más alta con sus 3.718 metros y que su 'espantoso' teleférico de 27€ nos deja a los 3.555 metros (casi en la cima). Es cierto que desde su perspectiva top-down se pueden apreciar vistas desemejantes, pero hay que tener cuidado puesto que las nubes prohiben sacar nuestra foto esperada el 80% de las veces. Además, no se contempla a toda la isla, puesto que hay únicamente una parte autorizada para los turistas en donde se puede gozar de aire fresco acompañado de una aglomeración de obsidianas. ¡Eso es! Obsidianas y obsidianas, y poco más...

La verdadera esencia de Tenerife

Dado que la isla consta de una superficie de 2.000 km², tenemos una libertad en términos de espacios misteriosos y lugares secretamente escondidos.

No cabe duda de que con un clima subtropical, poblaciones atractivas, playas relajantes y platos únicos no vayamos a disfrutar. Una cosa está clara: estaremos rodeados del mar constantemente. El problema viene cuando nos queramos adentrar hacía dentro, puesto que las montañas se nos vienen encima y nos esperan unas 200.000 curvas hasta ciertos destinos mágicos.

No obstante, merece la pena ponerse al volante en lugar de holgazanear en nuestra toalla en la playa. De esta manera, la siguiente lista presenta a las experiencias que realmente seducen en Tenerife, y por ende, lo que estamos obligados a no perdernos:

  • Masca, el Machu Picchu de Europa. El pueblo o caserío de Masca se ubica en la punta noroeste de la isla. Destaca por haber sido un escondite de los piratas. Es aquí donde se puede contemplar una arquitectura tradicional y rural, mezclada con la vegetación y el paisaje. Barrancos, acantilados, curvadas carreteras y unas montañas 'rotas' que forman la letra V a través de la cual sobresale el mar... ¡Asombroso!
  • En Punta de Teno se oyen las olas golpear las rocas mientras que a un lado yace un romántico faro rojiblanco que parece proceder de alguna novela de Stephen King. Si nos damos la vuelta, un paisaje impresionante hacía acantilados, un mar tranquilo y casitas blancas al fondo. Es el lugar perfecto para estar en una playa con muy poca gente y adentrarse en la historia de un libro.
  • Puerto de la Cruz es el lugar idóneo para disfrutar de sus murales conocidos como Puerto Street Art, además de sus zonas marineras, palmeras y casitas de colores. Asimismo, la mejor cocina de todo Tenerife se encuentra en este lugar, y para ser más precisos, en el restaurante y mesón "Los Gemelos" en la calle Penon 4. El plato de excelencia que hay que probar obligatoriamente es el de su 'parrillada de pescado y marisco". Es simplemente...¡Mouthwatering!
  • San Cristóbal de La Laguna cuenta con dos calles paralelas muy pintorescas, llenas de gente alegre, terrazas y un olor de flores y paz. Merece la pena dar un paseo lento y disfrutar de este Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por ser ejemplo único de ciudad colonial no amurallada.
  • En cuanto a playas, podemos hablar de dos que son típicas y que caracterizan a Tenerife por ser de arena negra. La Playa del Bollullo es una de ellas y se caracteriza por ser muy tranquila, con suficiente espacio, tener un chiringuito compacto y por la escasez de viento. La otra playa que hay que visitar y aunque no nos bañemos es la Playa de los Gigantes. Bañarse y tener en frente a los acantilados de los Gigantes es sólo posible en esta playa. No vas a querer taparte en el agua, porque tus ojos estarán atraídos hacía la panorámica perspectiva en frente de tus ojos.