Sobre el césped los árboles me hablan
del divino poema del silencio.
La noche me sorprende sin sonrisas,
revolviendo en mi alma los recuerdos.
(En mi jardín. Gloria Fuertes)
Cien años después de que naciera, en la calle de la espada del barrio de Lavapiés, la poetisa madrileña Gloria Fuertes, la junta de Distrito Centro ha confirmado unánimemente la propuesta del pleno, aprobada este pasado enero, de dedicarle una zona a su vecina.
Estará emplazada entre la calle Ministriles y Ministriles Chica (al lado de la calle Lavapiés) y se barajan los nombres de “Plaza de Gloria Fuertes”, “Plazuela Gloria Fuertes” o “Espacio de Gloria Fuertes”.
La concejala socialista Mar Espinosa fue la promotora de lanzar varias propuestas para homenajear a la escritora, y, aunque el cumpleaños de la escritora, como tal, no es hasta el 28 de julio, los actos conmemorativos darán comienzo el sábado 11 de marzo con la lectura de algunos de sus poemas. El 14 de ese mismo mes, se inaugurará una exposición sobre Gloria Fuertes en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, ubicado en la plaza de Colón.
Hija única de una costurera y un portero; educada por monjas en la calle Mesón de Paredes; “niña triste de zapatos rotos y sin muñecas”; incomprendida en su familia por su gusto por los deportes y la poesía; diplomada en taquigrafía y mecanografía; matriculada en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer a los 14 años, edad a la que publica su primer poema: Niñez, Juventud, Vejez… y 3 años después, Gloria saca a la luz su primer libro de poesía, Isla Ignorada.
La obra de Fuertes es tan extensa como sus 81 años de vida. Se la reconoce por ser la poetisa de los niños pero, aparte de poemas, ha escrito teatro, canciones, cuentos e historietas infantiles, cuentos de humor, ha sido profesora en las universidades de Bucknell, Mary Baldwin y Bryan Mawr, en EE.UU, tras conseguir una beca Fullbright de Literatura Española e impartió clases de español para americanos en el Instituto Internacional, en Madrid.
Esta artista, de corazón y pluma madrileña, tiene en su haber más de 15 premios, dos nombramientos, uno como Dama de la Paz en 1987 y el otro como Socio de Honor de Unicef en 1997, un año antes de su muerte y, ahora, un centenar de años después de su nacimiento, tendrá, por fin en su cuidad, un espacio donde recordarla, leerla y disfrutarla.