La risa remedio infalible. Desde hace muchos años la revista “Selecciones del Readers Digest” titula así una de sus secciones. Ésto nos hace pensar que la risa, como expresión netamente humana, corresponde a una de las funciones más importantes que, como personas, podamos ejercer. Con el desarrollo de técnicas saludables, practicadas por expertos en salud mental, podemos observar cómo aumenta la importancia de las expresiones jocosas, íntimamente ligadas a la inmunidad o a la fortaleza espiritual y física del hombre.

Hoy en día existe inclusive una disciplina sinergética, llamada “risoterapia”, que procura beneficios emocionales por medio de la risa.

Se trata en general de sesiones practicadas en grupo, estimulando el contagio de persona a persona para que, de esta forma el efecto grupal estimule a quienes normalmente poco ríen. Inclusive la UNICEF utiliza esta técnica para ayudar a niños sobrevivientes de desastres naturales.

Este procedimiento, lo viene realizando espontáneamente la humanidad desde tiempo inmemoriales, remontándonos a las interacciones alrededor de hogueras hasta las representaciones teatrales, el ser humano encontraba escapes emocionales para drenar las tensiones del quehacer diario, desde hace muchas décadas ya, unas disciplinas tecnológicas utilizan este método de transmisión de alegría colectiva, nos referimos al cinematógrafo y a la televisión.

A través de la época moderna, en las manifestaciones artísticas el género de comedia fomentó la saludable disposición de diversión pasiva e inteligente por medio de extraordinarios intérpretes, desde Francia con Fernandel y Luis de Funes, en Italia Macario y Totó, en Inglaterra Charles Chaplin y Peter Sellers, en España Miguel Gila Cuesta, desde este lado del mapamundi el argentino Luis Sandrini, el mexicano Cantinflas y en los Estados Unidos Buster Keaton y Abbott y Costello.

Ésto para mencionar solamente algunos exponentes del difícil arte del entretenimiento. Lo cierto es que en todas las latitudes y núcleos sociales han surgido exponentes de la risa como oficiantes de un culto ancestral, recordemos los juglares, los bufones y los payasos, basándonos en estos antecedentes históricos, podemos augurarnos que la humanidad jamás perderá la capacidad de reírse y de utilizar esta herramienta como efectiva arma para combatir la conflictividad y alcanzar el respeto mutuo.