Promediando el mes de agosto, los pequeños españoles aún pueden presumir de descanso veraniego. La polémica sobre la extensión del receso escolar, en países vecinos los niños ya ha vuelto a clase, puede contrarrestarse con aprovechar los días sin actividades formales para iniciarlos en la lectura.
Fomentar la literatura en los más chicos es un hábito que contribuye al desarrollo emocional y social del menor.
Según los expertos, la lectura ayuda a estrechar los vínculos entre padres e hijos. Los beneficios que reporta esta actividad van mucho más allá del tiempo breve en el que se les lee el cuento.
La práctica habitual permite que los niños incorporen vocabulario y mejoren la pronunciación. Los pequeños que leen o a los que sus padres les leen logran una mejor escritura, con menos faltas ortográficas y gramaticales. Presentan más facilidad en el aprendizaje a lo largo de la vida y ostentan una capacidad de comprensión superior a la de otros niños sin éste hábito.
El valor de un libro infantil impreso oscila los 10€ mientras que su precio se reduce a la mitad si se elige la versión digital del mismo cuento. Se recomiendan textos cortos, que puedan ser leídos en un lapso de 10 o 15 minutos.