Francia siempre ha sido un país con una cinematografía muy respetada, que no a todos gusta porque el ritmo del Cine francés no es el que triunfa en las salas comerciales, pero sus películas han sabido adaptarse al lenguaje del siglo XXI y después de pasar por el prestigio que le dieron autores como Jean-Luc Godard o François Truffaut, a través del siempre eficaz Roman Polanski, han conseguido que el concepto del cine francés ya no resulte algo tan intelectual gracias a películas como Intocable o Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?, actual éxito galo en las carteleras españolas.

Y no solo sus películas, también sus actores han recorrido otras cinematografías y han ido triunfando en los títulos rodados fuera de su país, como en el caso de Fanny Ardant, Jacqueline Bisset o Gérard Depardieu, que llegó a rozar el Oscar con Cyrano de Bergerac, aunque luego lo ganara Jeremy Irons por El misterio Von Bulow. Competía con una producción francesa, también es cierto, pero Depardieu fue un actor destacado en cintas norteamericanas como Matrimonio de conveniencia, comedia romántica junto a la entonces emergente Andie McDowell. Y sin ir más lejos, este mismo año otra actriz de nuestro país vecino, Marion Cotillard, repite nominación por Dos días, una noche tras haber logrado la estatuilla previamente gracias a La vida en rosa.

Los actores franceses constituyen un grado de sofisticación del que ni películas ni premios quieren prescindir, son una garantía de calidad, incluso en la publicidad, en la que Clémence Poésy ha tomado parte estas navidades con un anuncio del perfume de Chloé Love story, un rostro angelical el de la actriz, al que vimos de pasada en la espectacular 127 horas, de Danny Boyle, en las dos partes de Harry Potter y las reliquias de la muerte, en el papel de Fleur Delacour, y más recientemente compartiendo protagonismo con el británico Michael Caine en Mi amigo Mr.

Morgan.

Ahora es el turno de Mélanie Laurent, la joven que Quentin Tarantino descubrió para el mundo en Malditos bastardos y a la que hemos encontrado desde entonces en una enorme cantidad de títulos, como Enemy, de Denis Villeneuve, junto a Jake Gyllenhaal, Tren de noche a Lisboa, al lado de Jeremy Irons o Ahora me ves...

, descomunal entretenimiento en el que la magia de sus actores era tan importante como la que tenía lugar en el desarrollo de la historia. En breve estrena No llores, vuela, cinta de la peruana Claudia Llosa, en la que comparte cartel con Cillian Murphy y Jennifer Connelly. Gustará a muchos y dejará indiferente a otros cuantos, pero es indudable que Mélanie volverá a destacar como lleva haciendo desde que Tarantino nos la presentara.