Cada vez que estrena película, se da por hecho que Meryl Streep será candidata al Oscar, unas veces como mejor actriz y otras en la categoría de actriz secundaria, pero raro es el año en que la estrella de Nueva Jersey no coloca su nombre entre los finalistas al glamouroso premio. De hecho, a lo largo de su prolífica trayectoria ha logrado hasta 18 nominaciones, récord absoluto que supera la cantidad a la que Katharine Hepburn logró aspirar, un total de 12, aunque es esta última la que sigue sumando más estatuillas obtenidas, nada menos que 4 como mejor actriz frente a las 3 de Meryl, 2 como protagonista y 1 como secundaria. 

El 25 de diciembre, los cines norteamericanos podrán ver su nuevo trabajo: "Into the woods", una adaptación producida por el estudio Disney del oscuro cuento escrito por James Lapine y convertido en musical de Broadway gracias a Stephen Sondheim, acerca de una bruja que ha impedido, por medio de un hechizo, que un matrimonio de panaderos pueda tener hijos.

Para deshacerlo, se tendrán que internar en el bosque y encontrar los elementos que la bruja les pida, es decir, lo que les pida Meryl.

Es evidente que alrededor de ella girará todo el espectáculo. Es normal, ella ya está por encima de buenas o malas críticas, incluso por encima de los premios, aunque da la impresión de que podría conseguir la candidatura incluso sin esforzarse. Casi, casi, sin necesidad de rodar la película... ¡es broma! Pero reconozcamos que no se puede ser siempre perfecta, y Meryl ha merecido muchos de los Oscar a los que ha optado, pero otras de sus candidaturas han sido excesivas, aunque también ha tenido ninguneos a grandes trabajos que no fueron considerados. Ganó como secundaria en Kramer vs.

Kramer y como mejor actriz gracias a La decisión de Sophie y La Dama de Hierro. Nada que objetar a esos premios, ni siquiera el obtenido por convertirse en Margaret Thatcher: muchos achacaron su victoria exclusivamente al uso de una peluca que acercaba su interpretación a un mimetismo absoluto, cuando lo cierto fue que no solo se transformó físicamente, también logró revivir a la Primera Ministra del Reino Unido, desde en su tono de voz hasta en su fuerte personalidad.

Sin embargo, que obtuviera candidaturas por Agosto, donde a todas luces estaba excesiva desde el principio, o por El diablo viste de Prada, una comedia de bajo perfil en la que ella se tomaba demasiado en serio su papel de jefa temible, no parecía muy pertinente, dado que el tono de la cinta no correspondía con la intensidad de su interpretación.

No ganó, pero tampoco pudo hacerlo por Memorias de África o Las horas, posiblemente sus dos mejores y más olvidados trabajos cuyas nominaciones merecíeron convertirse en Oscar, pero tampoco lo obtuvo por El mensajero del miedo ni por Leones por corderos, pero ahí, a pesar de su gran trabajo, ni siquiera fue nominada.

Meryl es una magnífica actriz a la que le ha tocado ser bendecida por una Academia que la adora y un público que está continuamente a sus pies. ¿Que es la mejor de todos los tiempos? El Cine es un arte y como tal es subjetivo y cada uno tiene que valorar la respuesta, la que para cada uno sea válida, pero si tratamos de ser objetivos y enfocamos la cuestión con frialdad habrá que convenir en que muchas veces la veteranía es un grado y que nuestras costumbres nos impiden configurar podios con nombres que no sean los que tradicionalmente han ocupado esos puestos.