El sol, la playa, el calorcito, las fiestas, poder beber hasta altas horas de la madrugada, la inimitable gastronomía, el torero y la flamenca... Si preguntamos a un extranjero recién llegado a nuestro país, o fuera de las fronteras que marcan el mapa de España, por lo que es famoso por estos lares, probablemente obtengamos como respuesta la retahíla de cosas citadas antes, y posiblemente por todo eso el turismo en nuestra patria se dispara en las fechas propicias para ello.

Pero España es todo lo anterior y mucho más. España posee una cultura rica en matices y en Historia que no conviene dejar atrás cuando se pasea por sus pueblos y ciudades.

Visitar sus museos, sus pinacotecas, sus rincones más famosos, y también los menos, nos llena de conocimiento de cuantos hechos sucedieran en los lugares que pisamos y ya solo con eso tendríamos suficiente para llevarnos una grata impresión de lo España es y expone.

Sin embargo tampoco ahí termina su grandeza. Si viajamos a Francia, el país vecino es conocido, entre otras cosas, por su amor propio a todo lo que forma parte de su vida, y no solo hacen bien sino que deberían contagiarnos un poco de ese chauvinismo tan característico. Y es que nosotros también tenemos motivos para creer que somos grandes en más aspectos de lo que habitualmente nos planteamos.

En deporte somos extraordinarios, sí, en los grandes y reconocidos, como el fútbol, el tenis, el ciclismo o la Fórmula 1, cuando el coche de nuestro Fernando Alonso puede responder a lo que él le pide, y en los pequeños y menos aplaudidos, caso de la natación o el esquí, donde hemos obtenido enormes alegrías.

Y además, contamos con unos científicos de primera, unos médicos excelentes, unos investigadores reclamados para las mejores plazas internacionales y unos artistas premiados a nivel mundial, tanto en Europa como en Estados Unidos: no en vano somos el tercer país con más Oscars de la Historia a Mejor Película Extranjera y nuestros técnicos, actores y cineastas han recibido la dorada estatuilla, además, en categorías aledañas a las que corresponden a la película enviada por cada país.

Contamos con un astronauta español en la NASA, Pedro Duque y tuvimos allí a otro, Miguel López-Alegría, que la abandonó después de estar diez años en ella y de protagonizar diez paseos por el espacio, uno de los cuales tuvo el récord de ser la misión más larga.

En cuanto al dibujo somos una auténtica potencia, no solo con creaciones alabadas en el terreno del cómic, cada vez más apreciado y con obras más redondas como demuestran Carlos Giménez o Paco Roca, también tenemos la mejor cartelería de carátulas de cine que ha habido en el mundo, gracias entre otros al genio Macario Gómez, más conocido como MAC, cuyos trabajos se hicieron tan famosos que desde Hollywood le encargaban carteles de cara a los estrenos.

Sin olvidar que cada vez son más los dibujantes españoles que pueblan los estudios Pixar, el famoso estudio creador de Wall-E o Buscando a Nemo.

La música también es otro de nuestros fuertes. Tanto dentro como fuera de nuestras fronteras la música española o hecha por españoles, en y para Latinoamérica, siempre ha tenido gran aceptación, ha vendido millones de discos y llenado plazas en los conciertos. Los Grammy latinos se han rendido a nuestros cantantes, como a Enrique Iglesias o a David Bisbal, que cuentan con legiones de seguidoras, casi todas mujeres, y cientos de clubes de fans. Y antes que ellos, el padre de Enrique, Julio Iglesias, o Rocío Dúrcal, por no citar la larga lista que podría figurar aquí, se han hecho con nombres de oro en esta industria.

Razones para querernos no nos faltan, solo tenemos que darnos cuenta de lo que valemos, ser conscientes de ello y no darle de lado a lo que hemos conseguido con nuestro talento. Y a lo que nos queda por conseguir.