El próximo octubre podremos ver en las grandes pantallas unanueva adaptación de la archiconocida novela de Bram Stoker, Drácula: la leyenda jamás contada. En estaocasión el director Gary Shore mezcla la narración del escritor británicosobre del vampiro más famoso con la historia del personaje histórico en el quese basa su leyenda, Vlad el Empalador.  

Pero esta no es laprimera vez que los vampiros saltan de las páginas de los libros a la granpantalla y la fascinación que generan estos místicos y a menudo sensualespersonajes es innegable.

En 1922 el director Friederic Wilhem Mornau quiso hacer unaadaptación cinematográfica Drácula pero no pudo comprar los derechos de lanovela así que modificó parte de la historia y cambió, por ejemplo, el nombrede Drácula por el de Nosferatu.

Esta película se convertiría en un mito del Cine mudo peroNosferatu, con sus orejas puntiagudas y su espalda encorvada no se parece en nada a laidea de los sensuales vampiros actuales.

Los vampiros avanzaron junto con el cine y en 1931 aparecería una versión de Drácula consonido. Bela Lugosi fue uno de los Dráculas más recordados. Este actor de Transilvaniase metió tanto en el papel que pidió en su testamento ser incinerado vestidocon su disfraz de Drácula.

En 1958, otra adaptación de la obra de Stokermostraría los avances del cine en color con un Cristopher Lee con sangre rojabrotando de sus labios.

La lista de películas basadas en libros de vampiros es muylarga pero hemos de viajar hasta los años noventa para reencontrarnos con lased de historias vampíricas. Dráculavolvería a la gran pantalla en 1991 de la mano de Francis Ford Coppola y sería encarnado porGary Oldman.

Poco después saldría a la luz Entrevista con el vampiro, adaptación de las Crónicas vampíricas de Anne Rice que nos mostraría una novavisión de los vampiros. Un joven BradPitt interpretaría a un vampiro atormentado por su condición, constantemente tentado por su creador,Lestat, un Tom Cruise casi irreconocible.

Es inevitable mencionar también la saga Crepúsculo quearrasó las taquillas de medio mundo explicando la historia de amor entre lajoven Bella y Edward, un vampiro que sólo bebía sangre de animales. Laspelículas de esta saga estaban basadas en las novelas de Stephenie Meyer, quelevantaron pasiones entre jóvenes y no tan jóvenes. Tras ellos hubo unauténtico reguero de películas sobre vampiros que nos lleva hasta una de lasque más expectación está generando, la del Drácula: la leyenda jamás contada.

Es evidente, pues, lagran cantidad de obras tanto literarias como cinematográficas centradas en losvampiros. ¿Por qué nos fascinan tanto? ¿Porque son eternamente jóvenes ybellos? ¿Por su inmortalidad? ¿Por su oscuridad? En cualquier caso está claroque cine y literatura se han rendido a sus encantos.