Hay mujeres u hombres que cuando van al mercado compran, pagan, pero no se fijan en el ticket el precio real de lo que han comprado. Y ahí está la trampa.

Mar fue a Mercadona a comprar unas cosas para almorzar, lo principal para sacarse del apuro. Ella había hecho la cuenta mentalmente de las cosas que llevaba y calculaba que pagaría unos 35 euros aproximadamente. Pero cuando ya pasaron los productos, la cajera le dice que el precio total era 45 euros. Paga la cuenta, pero se queda en la caja y cuando mira bien el ticket, había pasado la cajera dos veces un mismo producto.

Rápidamente Mar le dijo que no era correcto y la cajera enmendó el error.

Claro pero, ¿qué hubiese pasado si Mar no había hecho la cuenta mentalmente de las cosas que llevaba y mirar el ticket de la compra? La cajera iba tener 10 euros demás que iban a parar a su bolsillo y no al del Mercado lógicamente.

Otro caso fue el de Arturo, un hombre mayor de unos 78 años, que su esposa había mandado en este caso al mercado Consum y había comprado una serie de cositas para merendar con su esposa y nietos. La cajera le cobra el monto de 42 euros. El anciano pagó, puso las cosas en el carrito de la compra y se fue a su casa. Al llegar la esposa de Arturo controla que haya traído todo y cuando mira el ticket de la compra, le había pasado dos veces dos paquetes de bizcochos y dos veces una botella de refresco.

De inmediato fue la esposa del anciano a reclamarle a la cajera para que corrija su error, pero la cajera lo único que hizo fue decirle que lo sentía, que quizás el anciano había llevado los dos paquetes de bizcochos y un refresco más.

Indignada la esposa de Arturo, pide hablar con el encargado y éste solo le ofreció la hoja de reclamo, pero nunca le devolvió el dinero de más cobrado.

Como verán en estos dos casos, se debe tener en cuenta siempre que revisar el ticket de la compra debe ser una obligación para uno, para que estos casos no vuelvan a suceder más. Mar tuvo la sensatez de mirar el ticket, pero Arturo, un hombre entrado en año es haberse aprovechado la cajera de un anciano.