El invierno se acerca poco a poco y el frío comienza a notarse. Un ejemplo de ello es la ola de bajas temperaturas que se acerca a la península, que siempre pueden causar estragos, sobre todo en los vehículos. Por ello, todos los años la Dirección General de Tráfico (DGT) ofrece una serie de pautas para que los coches no queden afectados por la caída de los termómetros y las heladas.
No se debe arrancar lo más rápido posible un coche que ha estado en la calle durante una noche fría
Uno de los problemas más comunes en estas épocas frías del año es la dificultad para arrancar un coche que ha estado toda la noche en la calle.
La solución más plausible es aparcarlo en un sitio cerrado o tapándolo, pero también hay que tener nociones de cómo saber arrancarlo para que no se dañe el motor ni la mecánica cuando hace frío. En este sentido, no hay que forzar al vehículo porque se corre el riesgo de dañar el motor, el de arranque y la batería.
Por ello, lo que hay que hacer es, según Mapfre, pacientemente calentar la batería con un paño templado, accionar el contacto en varias ocasiones (sobre todo en vehículos diésel) y posteriormente conducir a muy poca velocidad para que poco a poco el coche vaya cogiendo calor. Asimismo también se aconseja no iniciar la marcha rápidamente una vez que se ha comenzado a conducir el vehículo.
Forzar el vehículo puede aumentar el riesgo de que este tenga averías cuando llega el frío al país
Esto es lo que hay que hacer, pero también hay unas prácticas cotidianas que es mejor no llevar a cabo en invierno y en jornadas gélidas. Ya se ha mencionado que es un error forzar el vehículo a que arranque tras una noche fría, pero hay otras malas praxis que pueden dañar los motores.
Por ejemplo, uno de los más frecuentes es intentar arrancar cuanto antes y obligar al motor a trabajar antes de que haya entrado en calor. Esta situación puede ponerlo en riesgo y, sobre todo, puede desembocar en averías.
Una mala utilización del sistema de calefacción también puede dañar las lunas del vehículo
Otro fallo que también puede provocar daños en los vehículos es la rápida activación de la calefacción.
Se suele encender nada más acceder al coche y también apuntar la calefacción hacia la luna para descongelarlas. No obstante, esto puede provocar averías en el sistema y, sobre todo, ir rompiendo paulatinamente las lunas a causa del estrés térmico. Por tanto, es recomendable atender a las pautas de la DGT sobre lo que hay que hacer y lo que no cuando se acerca el invierno y el frío. Finalmente se aconseja llevar a cabo una revisión del estado de los Coches antes de que las bajas temperaturas se asienten en el país. Mejor prevenir que curar.