Las decisiones de Fernando Alonso nunca han sido las más idóneas. Su paso de Renault a McLaren fue el único acierto que tomó, pero los de Woking, con su preferencia por el joven británico, se encargaron de marchitar las opciones del español en un 2007 donde Raikkonen se benefició de tal desastre organizativo. Tras un paso fugaz por Renault y otro frustrado por Ferrari, donde se quedó en varias ocasiones a las puertas del título, decidió regresar a McLaren en su alianza con Honda.

Un chasis lejos de lo prometido

La apuesta era arriesgada, pero el excelso contrato y la reputación de ambas marcas le incitaron a dar el paso.

Tras tres años de sucesivos desastres, sin apenas abonarse a los puntos, el acuerdo de McLaren con Renault para utilizar su unidad de potencia supuso un incentivo que, aunado al en teoría gran chasis de los británicos, podía hacer factible el ascenso hasta el podio. Sin embargo, las carencias de la aerodinámica de los de Woking han quedado en evidencia en este 2018.

Boullier y compañía presumieron de estar, por lo menos, al nivel de Red Bull. La primera parte de la temporada ha confirmado que no es así. El tardío acuerdo con Renault dejó lagunas en el calendario de preparación del monoplaza y mientras Red Bull gana carreras (la última la de Ricciardo en Mónaco) en McLaren están muy lejos de subir al podio.

Es más, la escasa carga aerodinámica en las rectas les hace ser de los equipos más lentos de toda la parrilla.

Renault, el destino más fiable

Este no es el único inconveniente de McLaren. El mayor obstáculo es su nuevo aliado, Renault. La marca francesa inició recientemente una nueva etapa en la Fórmula 1, con el objetivo de resultar campeona a largo plazo.

Y lo cierto es que no van mal encaminados. Con dos grandes pilotos como son Hulkenberg y Sainz, este curso tienen el objetivo de consolidarse como la cuarta mejor escudería de la parrilla. A partir de ahí, si prosiguen las mejoras, estarían preparados para pelear por el Mundial en 2020.

Renault es un equipo de fábrica, y McLaren su cliente.

Ahí yace el problema para los británicos, que no recibirían las mejores especificaciones del motor si esto supusiese un problema para los franceses. Al margen de los tres grandes, Renault es la única capacitada para pelear por el Mundial en los próximos años. Alonso lo sabe, es consciente, y podría firmar un último contrato. Hace apenas dos años Renault descartó el fichaje por la falta de presupuyesto, Abiteboul sabe que Alonso piensa ahora más en un proyecto deportivo que le conceda la ocasión de ganar su tercer Mundial antes de su inminente retirada.