La dejó sola en casa durante seis días, con nada más que un biberón de leche a su lado y en plena ola de calor extremo que azota Europa.
La bebé, llamada Diana, de dieciocho meses, murió de hambre y sed y fue encontrada por la madre en su cuna, en un apartamento en las afueras del este de Milán (Italia), donde la había dejado abandonada desde el pasado jueves. En el piso se registraba una temperatura media de treinta grados.
La madre se encuentra detenida y acusada de homicidio voluntario
La madre de la bebé fallecida es Alessia Pifferi, quien cumple 37 años en pocos días, se encuentra detenida y acusada de homicidio voluntario múltiple con premeditación.
Un caso que conmueve a la sociedad y a los mismos investigadores, que asistieron con asombro cómo la mujer respondía al interrogatorio sin perder el control ni llorar, afirmando que sabía que ello podía suceder.
Según piensan los investigadores, la mujer deseaba fingir que nunca había dado a luz a la pequeña Diana, fruto no deseado de una relación clandestina y como confirmaría una vecina: “Nunca jugaba con ella, no la sacaba a pasear, siempre la tenía en el cochecito”.
Había dicho a su pareja que la bebé estaba con su hermana
Según la reconstrucción, hace siete días Alessia Pifferi lavó y cambió a la bebé y le dejó un biberón con leche junto a su cuna. Después iría a Leffe, en la zona de Bérgamo, para reunirse con su actual pareja, a quien le contó que su pequeña hija estaba en el mar con su hermana.
Cuando, en los últimos días, acompañó a su novio a Milán por cuestiones laborales, la mujer ni siquiera puso un pie en la casa. Para más horror, se descubrió que ya otras veces, los fines de semana dejaba a la niña sola y que había sobrevivido.
No fue así esta última vez, que su ausencia se prolongó por seis días. Alessia Pifferi encontró a la pequeña Diana muerta, sin comida ni agua.
En ese momento pidió ayuda a una vecina llorando amargamente. Los investigadores encontraron, al lado del lecho de la bebé, una botella por la mitad de agua con un poderoso somnífero, de la cual Diana se serviría cuando tenía sed, para quedar profundamente dormida. De hecho, en el vecindario no se han escuchado llantos ni gritos.
Tampoco se han detectado en el cuerpecito de la menor, signos de violencia. Sin embargo, todos estos datos deberán ser confirmados por la autopsia.
La mujer, además de detenida y con cargos, se encuentra bajo estudios psiquiátricos, dado que su personalidad La convertirían en alguien capaz de cometer atrocidades para conseguir su propio bienestar. De hecho, ella misma declaró, ante el espanto de los investigadores, que la niña “era una carga a mi libertad”.