El mundo ha despertado hoy con el fallecimiento del Duque de Edimburgo, marido de Isabel II, a los 99 años de edad. Una muerte que ha dejado a la familia sumergida en una profunda tristeza, incluidos Harry y Meghan, que ya han mostrado sus condolencias a través de un comunicado compartido en redes sociales.
Sin embargo, todavía nada se sabe de los duques de Cambridge, sobre los que todavía planea la duda de si viajarán, o no, hasta Reino Unido para asistir al funeral. Una asistencia que los pondría en el foco de todas las miradas, algo que tratarían de evitar por todos los medios en una situación tan delicada.
Sería el primer encuentro familiar tras la polémica
De confirmarse la asistencia de Harry y Meghan, se trataría del primer encuentro que los duques de Cambridge tendrían con la familia tras sus declaraciones a Oprah Winfrey, en las que reconocían su malestar con algunos miembros de la familia real británica. La entrevista, que generó un gran revuelo mundial, supuso un antes y un después en la relación de la pareja con la familia, hasta el punto de no haber coincidido ya con ninguno de ellos.
Ahora la duda reside en si el matrimonio se desplazará hasta Londres para dar el último adiós al marido de Isabel II, mientras que la prensa británica apunta hacia un inminente desplazamiento del hijo pequeño del príncipe Carlos, la incognita ahora recae en si Meghan finalmente acompañará a su marido en la despedida a su abuelo.
A la duquesa de Sussex le habrían recomendado que evitase un vuelo tan largo debido a su avanzado estado de gestión. Y es que Meghan se encuentra en el sexto mes de embarazo de su segundo hijo. La presencia de Harry sería muy bien acogida por la reina Isabel II, que tendría al lado, en el funeral de su marido, a uno de sus nietos predilectos.
Guillermo y Harry, unidos por el Tributo a Diana de Gales
La relación entre Guillermo y Harry se encuentra dañada desde hace mucho tiempo, sobre todo tras las declaraciones que el duque de Sussex y su esposa dieron a Oprah Winfrey. Sin embargo, los hermanos parecen haber dejado de lado sus diferencias durante un tiempo por un deseo en común: rendir tributo a su madre Diana de Gales.
Dicho homenaje tendrá lugar en forma de estatua en los jardines de Kensington, después de que los dos hermanos hayan aprobado su diseño final. La obra, que ha sufrido de varios retrasos, parece que finalmente tendrá su inauguración el próximo uno de julio, fecha que coincidiría con el 60º cumpleaños de la princesa,
De la estatua se sabe que será de bronce, que será instalada dentro de las inmediaciones de Kensington y que el responsable de llevarla a cabo será el escultor Ian Rank-Broadley.