El pasado 30 de mayo, la ley contra la violencia homotransfóbica y misógina, que tomó forma a partir de la fusión de cinco distintos proyectos de ley (Boldrini, Zan, Scalfarotto, Perantoni, Bartolozzi), llegó a la comisión de justicia del gobierno italiano, donde se discutió un primer análisis de su contenido. No tardaron en desatarse las oposiciones desde las zonas más extremistas de la política italiana, a partir de las declaraciones del líder del partido ‘Lega Nord’ de la derecha populista.
Matteo Salvini: “Italia es un país que no discrimina.
Ya existen todos los castigos y sanciones posibles e imaginables. El riesgo es de cruzar el confín de la ideología, y es un riesgo demasiado alto”. También la sociedad episcopal italiana (CEI) se expresó en contra de la nueva ley: "No se necesita una nueva ley, ya existen salvaguardas adecuadas para prevenir y reprimir cualquier comportamiento violento o persecutorio".
Las oposiciones de los colectivos feministas
Contrariamente a lo que pudiese esperarse, también una parte de la red de asociaciones feministas italianas, entre las cuales el colectivo ‘Se non ora quando’, se expresaron en contra de algunas partes de la ley, por ejemplo, por el uso de la palabra “identidad de género”, afirmando que es preferible el término "transexualidad": "La ley contra la homotransfobia quiere prevenir la violencia y la discriminación basada en ‘sexo, género, orientación sexual, identidad de género’ (...), ¿por qué se quiere utilizar la expresión ‘identidad de género’ en lugar de transexualidad?
Escribir una ‘identidad de género’, de hecho, permite a cualquier persona auto-certificarse con un sexo diferente al que nació (...) independientemente de la realidad del cuerpo. El elusivo concepto de identidad de género ha creado enfrentamientos e injusticias contra las Mujeres en Inglaterra y los Estados Unidos (los casos más conocidos son los de J. K. Rowling y Martina Navratilova) y no queremos que eso suceda aquí también”.
Para estas exponentes del feminismo italiano, la palabra ‘identidad de género’, sobre la cual se basan estas oposiciones, dañaría a las mujeres. Las asociaciones feministas afirman que no se quiere quitar espacio a las personas transexuales, pero que, la expresión ‘identidad de género’, limitaría los espacios dedicados exclusivamente a las mujeres, conquistados con mucha dificultad.
La contestación a las oposiciones
A pesar de estas oposiciones, que remarcan la distancia que algunas franjas del feminismo están tomando hacia la comunidad LGTB+, peculiarmente hacia las personas transexuales, intersexuales y de género no conforme, no todas las feministas están en contra de esta ley. La diputada del ‘Partido Democrático’ Laura Boldrini, feminista y lesbiana, ha defendido más de una vez el texto de la ley, afirmando que la esperaba desde hace 25 años, y que sobre el texto circulan muchas falsedades, que tienen como único objetivo el intento de parar la aprobación de la ley.
El relator de la ley contra la homotransfobia es el diputado del ‘Partido Democrático’, Alessandro Zan, que afirmó frente a la prensa nacional: “Es un texto muy avanzado que interviene en un tema en el que Italia está muy por detrás.
Será una batalla dura que tendrá una fuerte resistencia por parte de asociaciones y movimientos fundamentalistas. Pero es una ley de civilización y, esta vez, después de cinco intentos fallidos, tenemos que hacerlo”. La ley será discutida, otra vez, el 27 de julio.
La propuesta de ley
Si la propuesta de ley fuera ratificada, serían modificados los artículos 604-bis y 604-ter del Código Penal, introduciendo una penalización para los delitos de discriminación por orientación sexual e identidad de género. Italia es uno de los países con la tasa más alta de discriminación de Europa, y es uno de los que más necesita de una ley contra la discriminación de las personas LGTB+, presente en casi todos los otros estados de la UE.
La validez de esta ley está establecida por el artículo 3 de la constitución italiana, que dice: "Todos los ciudadanos tienen igual dignidad social (...) de opiniones políticas, condiciones personales y sociales”.