Este fin de semana ha sido un verdadero infierno para la zona sur de Estados Unidos por culpa del clima. Ya van 8 personas muertas por las fuertes lluvias, que provocaron numerosas inundaciones y tornados en estados como Texas, Misisipi, Arkansas, Georgia, Louisiana o Alabama. Entre las víctimas que se ha cobrado el mal temporal, tres eran niños. Entretanto, también se han registrado más de una decena de heridos y alrededor de 90.000 personas se han quedado sin electricidad en los estados ya mencionados, exceptuando Alabama.
Dos niños mueren por la caída de un árbol
De los tres menores fallecidos, dos de ellos fueron en una carretera situada al este de Texas. Según el capitán de la Oficina del Alguacil del Condado de Angelina, Alton Lenderman, un árbol cayó encima del coche en el que viajaban con sus padres y fue lo que provocó la muerte de los dos niños de tres y ocho años. Además, añadió que los menores murieron en el lugar del accidente y que sus padres, en los asientos delanteros del coche, ni siquiera resultaron heridos. Por otra parte, en Alto, un pueblo de Cherokee (también de Texas) un tornado sorprendió a los presentes en un evento cultural de nativos americanos y provocó la muerte de una mujer.
Y en el condado de Houston también murió una mujer por los escombros que había ocasionado una tormenta, aunque aún no ha sido identificada.
Los dos niños fallecidos por la caída del árbol no fueron los únicos archivados por este motivo, ya que en Misisipi otra persona murió por la caída de un árbol que se estrelló contra la caravana del difunto. En Alabama y Louisiana se cuantificaron tres muertes más.
Daños materiales que se miden en miles de dólares
Por otro lado se encuentran los numerosos daños materiales. Ciudades como Franklin han quedado devastadas y arrasadas por el clima extremo. Gerald Yezak, alguacil del condado de Robertson, habló para The Associated Press y confirmó la devastación de Franklin por un tornado que “volcó casas” y “dañó residencias”.
La pequeña ciudad también registró algunos heridos e incluso se tuvieron que efectuar varios rescates para evitar males mayores. El de Franklin es un pequeño ejemplo de los daños ocasionados en cuanto a casas, edificios, coches, árboles o, incluso, torres de transmisión en pueblos y ciudades del sur de Norteamérica.
Habituados, en parte, al mal temporal en el sur de Estados Unidos, nadie se puede acostumbrar nunca a estos desastres naturales que se cobran vidas humanas. Los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional (National Meteorological Service) del país prevén que la mala fortuna disfrazada de tormentas, lluvias y tornados se dirigirá al este del país, más concretamente a las ciudades de la costa de Nueva York y Washington D.C..