Después de 100 días como Presidente de Brasil, el país más grande en tamaño de Sudamérica, Jair Bolsonaro no tiene día o semana que su lengua sin control no ponga en evidencia al país ante terceros, sean compatriotas, de países del continente americano o del mundo. Sobre todo cuando pretende “justificar lo injustificable”, como dice Le Monde sobre este último incidente y lo anterior, desde defender la dictadura militar (1964-85) a atacar a las minorías raciales, los homosexuales o las mujeres. Tanto en declaraciones públicas como en Twitter, como su homólogo de EE.UU., Donald Trump.
El pasado jueves, Bolsonaro se encontraba en Río de Janeiro con pastores evangelistas, su religión actual, recordando el Holocausto judío y diciendo sobre este tema: “Se puede perdonar, pero no olvidar”.
Israel nunca perdonará a los nazis
Estas palabras llegaron a oídos del Presidente israelí, Reuven Rivlin, que manifestó en Twitter: “Nos opondremos siempre a quienes nieguen la verdad o apoyen borrar nuestra memoria, se trate de individuos, grupos, líderes de partidos o Primeros Ministros. El pueblo judío siempre combatirá el antisemitismo y la xenofobia”.
Bolsonaro se vio obligado a escribir una carta al Gobierno israelí, con quien siempre ha querido hacer público que se solidariza con lo que los judíos sufrieron cuando el Holocausto.
Y recuerda que cuando estuvo de visita oficial en Israel, visitó el Muro de las Lamentaciones y escribió en su libro de visitas: “Quien olvide su pasado, está condenado a no tener porvenir”. Lamenta que sus palabras fueron “tergiversadas” y que “quieren alejarme de mis amigos judíos”.
Pero no obstante, algunos recuerdan que entonces Bolsonaro, que no olvidemos que es ultraderechista, le dijo a Ernesto Araujo, su ministro de Exteriores: “No tengo ninguna duda de que el Nazismo era de izquierdas”.
Algunos exnazis hicieron una nueva vida en Brasil
Afirmación, entonces, que parece querer lavar el pasado de la ultraderecha brasileña, que no olvidemos que tuvo relaciones con criminales de guerra nazis que después de la II Guerra Mundial encontraron asilo en Brasil y otros países latinoamericanos, donde empezaron una nueva vida casi todos con nombre falso, como el Doctor Mengele, que falleció en Brasil en 1979 y está enterrado allí.
Hay una famosa película, “Los niños del Brasil”, de Franklyn J. Schaffner, el director de “El planeta de los simios”, donde fabulaba con el encuentro entre el Doctor Mengele (Gregoru Peck) y un cazanazis inspirado en Simon Wiesenthal (Laurence Olivier), encontrándose con que el médico experimentaba con niños para convertirlos en clones de Adolf Hitler. Con alemanes exiliados, la clase conservadora brasileña y latinoamericana convivió durante muchos años, Bolsonaro incluido.
El tuit que hemos aludido del Presidente israelí, según varias fuentes, ha sido eliminado sin saberse las causas, pero todo ha levantado una pequeña tormenta entre ambos países, y más recordando que el actual Primer Ministro judío, Benjamín Netanyahu, que ganó por la mínima las elecciones hace unos días, estuvo presente en Brasilia cuando Bolsonaro juró su cargo el 1 de enero. Y que, como vemos en la foto que ilustra el artículo, invitó al Presidente a apoyarle en su campaña electoral.