Gisele Bündchen ha sido la modelo brasileña de más éxito de todos los tiempos, la mejor pagada durante una década. Pero, el gobierno de Jair Bolsonaro no lo ha visto así. La razón es que Bündchen es una gran defensora de la naturaleza y de los derechos de los indígenas. Y eso no es bueno, según declaraciones de Teresa Cristina Dias, la actual ministra de agricultura.

Según la ministra, Gisele Bündchen debería ser la embajadora de Brasil y hablar solo de lo positivo que tiene el país y de su lucha por estar a la vanguardia. Y no hablar negativamente de las políticas que se están llevando a cabo en Brasil.

Gisele es una destacada activista medioambiental

La modelo ya ha contestado a la ministra a la que advierte de que los malos brasileños son los culpables de la deforestación del país. Lo ha hecho a través de una carta que se ha publicado en diferentes medios de comunicación.

Brasil ha perdido el 13% de la superficie selvática solo a lo largo de 2018. Gracias a la influencia que tuvieron sobre ella sus abuelos, que fueron agricultores en el país carioca, Gisele Bündchen lleva desde el año 2006 trabajando a favor de causas medioambientales en su país y apoyando proyectos vinculados a la protección de los pueblos indígenas, de las especies o de la selva.

Gisele ya se había enfrentado a Michel Temer

No es la primera que la modelo se ve obligada a enfrentarse al gobierno de su país, en el pasado también se enfrentó a Michel Temer, el anterior presidente del país, por el proyecto que implicaba quitar la protección medioambiental a determinadas zonas del Amazonas brasileño.

Incluso llegó a mantener una acalorada discusión con el mismísimo presidente a través de la red social Twitter defendiendo las razones por las que el proyecto no debía salir adelante.

Gracias a la presión pública realizada por la modelo, Temer tuvo que cancelar el controvertido proyecto.

Bolsonaro se ha mostrado en contra de cualquier política medioambiental, ya que considera que el cambio climático solo es un invento del Marxismo. Y una de las primeras iniciativas que planificó en su llegada al gobierno, presionado por el lobby de la agroindustria, fue unificar el Ministerio de Agricultura y el de Medioambiente.