Durante la administración de Obama, se crearon una serie de requisitos federales que buscaban regular la eficiencia de los vehículos automotores en EE.UU., para hacerlos más amigables con el ambiente. Ahora, el Gobierno de Donald Trump pretende eliminar dichas regulaciones. Para ello, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y el Departamento de Transporte han presentado una propuesta que busca frenar los objetivos de reducción de emisiones de los coches para la próxima década.
¿Qué busca la propuesta?
Como argumento para su medida, los órganos administrativos han señalado que:
- Se pretende fomentar el consumo de gasolina, lo cual incentivará el mercado.
- Se reducirían mil muertes por año causadas por vehículos en mal estado. Así, según la lógica de ambos organismos, el disminuir los requisitos actuales sobre emisión de gases tóxicos, abarataría los costos de producción de vehículos.
A modo de ejemplo, se puede señalar que, de entrar en vigencia la propuesta, se produciría un incremento en el consumo de petróleo de EE.UU., el cual pasaría de 5,3 galones por día, a la actual fecha, a 11,9 millones de galones para 2025.
Esta cantidad de combustible quemado se traduciría en 37 millones de toneladas métricas de polución de carbono, liberados al medio ambiente.
La medida de reducción de los estándares de eficiencia de los coches, queda perfectamente enmarcada en la política anunciada por Trump en su campaña electoral. Al respecto, desde sus primeros discursos, el ahora mandatario señalaba que el medio ambiente no podía interponerse con el desarrollo de la economía. Por lo tanto, no fue una sorpresa su decisión de abandonar el acuerdo de París 2015, el cual busca detener el cambio climático.
El anterior argumento ha sido motivo de críticas por parte de los grupos ecologistas, quienes contra argumentan que la medida, lejos de reducir muertes, las aumentará.
Ello, en virtud de que la contaminación del aire, producto de una mayor circulación de vehículos, generará mayores enfermedades en la población.
California en pie de lucha por la protección de su medio ambiente
Mientras tanto, el estado de California, donde están radicadas 10 de las 15 ciudades con aire más contaminado de Norteamérica, ha levantado su voz crítica.
En este sentido, el gobernador de esta entidad por el partido demócrata, Jerry Brown, al enterarse de la propuesta del Gobierno de Trump, señaló que: “…los conductores van a pagar más en la gasolinera, tendrán peor consumo por litro de gasolina y respirarán un aire más sucio. California luchará contra esta estupidez de todas las maneras posibles”.
Como se recordará, California tiene una legislación propia para regular el aire limpio. Esta ley contempla medidas más estrictas que las leyes federales para controlar la emisiones de gases de efecto invernadero, provenientes de tubos de escape de vehículos. Por lo pronto, el debate está servido entre ecologistas y pro gobierno. Por un lado, la administración Trump insiste en el desarrollo económico, aún a costa del medio ambiente; por el otro, los ciudadanos desean tener un medio ambiente que les sirva de hogar, el cual desean preservar.