La plataforma de alquiler temporal de casas de vacaciones Airbnb desistió de la idea de crear un concurso donde los ganadores podrían pasar una noche en una de las antiguas torres de la Gran Muralla de China.
Se cancela el concurso tras protestas por internet
Este concurso generó una ola de protestas que comenzaron a circular por internet, llevadas a cabo por una gran franja del pueblo chino que estaba preocupada por la probabilidad de dañarse uno de los más importantes monumentos nacionales. Cabe destacar, que la empresa manifestó a través de un comunicado oficial que , a pesar de existir un acuerdo que sirvió de base para el anuncio de este concurso, respetan profundamente el feedback que han recibido.
De igual forma, agregó que han decidido no avanzar con esta idea y por el contrario están trabajando para organizar otras experiencias e iniciativas que promuevan a China como destino turístico.
El concurso buscaba promover el turísmo
Por otra parte, en la declaración inicial sobre este concurso, el presidente de Airbnb China, Nathan Blecharczyk, afirmó que la empresa trabajó con varios historiadores y expertos en conservación de Pekín en el proyecto. En este sentido el comunicado incluía además imágenes de una habitación, en todo semejante a un hotel, montado en una de las torres. Por consiguiente, el concurso en cuestión pretendía promover el turismo sostenible en este país asiático.
Cabe señalar que la Gran Muralla tiene casi 21 mil kilómetros de extensión y más de 2000 años.
Muchos segmentos de la muralla ya han sido restaurados para que sean visitados por turistas, algunos de ellos hasta ya están rodeados de restaurantes de comida rápida, un teleférico y hasta un recorrido de tobogán. Sin embargo, muchos segmentos siguen en un estado bastante frágil, ya caído en la degradación acentuada. Por ende, el estado de la muralla ha sido un tema muy discutido en China, donde la importancia patrimonial de esta construcción es inconmensurable.
Por otro lado, en una declaración oficial, la Comisión de Asuntos Culturales del distrito de Yanqing, en Pekín, que es responsable de la sección de la muralla que el Airbnb planeaba usar, afirmó que no había aprobado la celebración del concurso, porque éste no funcionaba a favor de la preservación del monumento. En consecuencia, muchas de las protestas se escucharon en Weibo, donde la gente utilizó como medio de protesta a las redes sociales en china.