Diego Alonso Subiñas, bilbaíno de 24 años de edad, se encontraba de residente en la ciudad de Masaya junto a su novia nicaragüense. El joven español duró casi un mes participando en una sentada en la Universidad Centroamericana. Un grupo de personas afines al Gobierno de Daniel Ortega, se enfrentaron a los jóvenes en protesta a golpes, como acostumbran los simpatizantes de Ortega.

Según las propias declaraciones de Alonso, el recinto estudiantil se encontraba rodeado de policías que no hicieron absolutamente nada para calmar la situación. El joven estudiante decidió grabar desde su cámara portátil y mostrarle al mundo la realidad de lo que está ocurriendo desde el pasado mes de abril en Masaya y que hasta los momentos el Gobierno de Nicaragua ha querido ocultar.

Subiñas plasmó los acontecimientos de cómo se estaban vulnerando los derechos de los estudiantes. En vez de tomar un arma prefirió unirse a una Brigada de participación de Ayuda y Rescate, para darle apoyo a cientos de personas brindándole suministros.

Desafortunadamente quedó inmerso dentro de la barricada

Entre sus experiencias reveló que acompañado de una doctora de la localidad recorría diariamente treinta kilómetros desde la catedral hasta la ciudad de Masaya para poder llevar alimentos.

Fue en horas de la tarde cuando se disponía a llevar los suministros cuando se encontró con paramilitares y desafortunadamente quedó inmerso dentro de la barricada y desde allí donde comenzó a vivir una verdadera pesadilla.

En una entrevista Alonso explicó que tuvo el infortunio de ver morir a un joven llamado Jorge Zepeda frente a sus ojos, supuestamente bajo la mira de un francotirador tal como lo indicaron los cuerpos de seguridad. Versión que se cae cuando el valiente joven asegura que fueron los afines de Ortega quienes le propinaron la muerte.

Durante tres días el joven estuvo en medio de disparos, observando cómo se violentaron innumerables derechos a los habitantes de esa región. Actualmente, Alonso logró salir con vida y regresó a su casa en Mungia, donde los esperaban sus padres.

Conociendo un poco más de Alonso

El estudiante reveló que desde muy pequeño tenía entre sus ideales ser corresponsal de guerra y para su sorpresa, sin saber que estallaría una revuelta social en Nicaragua realizó una labor similar.

Aunque no pudo culminar los estudios de filosofía y tuvo que dejar a su novia en Masaya, aún continúa con la idea de poder aportar su granito de arena en pro de la causa que están defendiendo sus hermanos, tal como él mismo los llama. Muchos podrían alabarlo por sus acciones activistas, pero tal como él mismo lo expresó “Nunca he sido partidario de banderas, soy pro Derechos Humanos y esta situación viola todo lo violable”.

Aun los días de angustia persisten para él, quien sigue paso a paso la noticia de la situación, espera que se calmen las aguas y que todo vuelva a la normalidad en los próximos días, no descarta la posibilidad de regresar a su segunda patria Nicaragua.