La Agencia Meteorológica de Japón, así como diversos medios de comunicación, son claros en sus recomendaciones: tomar mucha agua, buscar lugares con sombra e intentar regenerar el sodio perdido por el sudor. Y es que Japón está viviendo una ola de calor sin precedentes, que sólo la semana pasada dejó un saldo de 65 personas fallecidas.

A la anterior cifra, se suman las más de 22.000 mil personas que han sido atendidas en diferentes centros médico de asistencia a lo largo de la geografía nipona. Más de la mitad son hombres y mujeres de edad superiores a los 65 años según cifras oficiales.

La situación se hace especialmente crítica al sur del país asiático, donde las temperaturas han alcanzado más de 41 grados centígrados.

Financiación especial para que los colegios instalen aires acondicionados

El Gobierno anunció una financiación especial para que las entidades educativas estatales instalen aire acondicionado, en especial en los colegios más alejados de las ciudades, a la par de ello, ha anunciado la propuesta de extender las vacaciones de verano. Estas medidas, aunque luzcan extremas, tienen su justificación en la ola de calor que se vive a nivel mundial, especialmente en Europa y Japón, donde el mes de julio se reportó como el más caliente en 260 años.

A la ola de calor, se suman los desastres naturales que han azotado a la nación nipona en lo que va de año.

Las fuertes lluvias a principios del mes de julio que arrasaron con pueblos enteros contrastan con las altas temperaturas que anuncian el punto más álgido del verano. Ante este escenario, el aire acondicionado se ha presentado como el aliado ideal, al punto que empresas como Japan Electric Power Exchange ha reportado las mayores ventas y aumento de precios de sus productos en cinco años.

El aire acondicionado, una solución poco eficaz

Sin embargo, el aire acondicionado no es una solución efectiva para la mayoría de la población. Por una parte, un número considerable de japoneses considera estos productos como un despilfarro energético, e incluso contraproducentes para la salud. Por otro lado, el accidente en la central nuclear de Fukushima de 2011 generó cortes de energía que redujeron el uso de aires acondicionados, principalmente en las zonas rurales.

Mientras tanto Tokio, capital de Japón y futura sede de los juegos olímpicos de 2020, no está exenta de las altas temperaturas. Para el mes de julio se han reportado en dicha ciudad mediciones superiores a los 38 grados centígrados, lo cual enciende las alarmas en los organizadores de las olimpiadas. Dicha preocupación obedece a las estimaciones que prevén que dentro de dos años puedan repetirse las temperaturas que se viven este verano. No obstante, a fecha de hoy, el gobierno del país del sol naciente no ha mostrado interés en modificar el calendario olímpico, tal como hiciera con las olimpiadas que organizara en 1964 y que moviera para el otoño.