El fenómeno de hiperinflación que vive el país sudamericano ha llevado a gran parte de la población a vivir en condiciones de pobreza extrema, haciéndose presente la hambruna en muchos hogares venezolanos, los otros han emigrado a otros países en busca de un mejor futuro. El ingreso mínimo mensual, se encuentra cerca de 2.55 millones de bolívares, lo cual hoy en día es equivalente a poco más de un dólar americano de acuerdo a la tasa en el mercado negro.

Decisiones de vida

Un venezolano que perciba el salario mínimo mensual, debe tomar importantes decisiones a la hora de distribuir el presupuesto familiar como lo es decidir entre comprar un cartón de huevos o comprar un kilogramo de detergente en polvo para lavar la ropa.

En Venezuela, un cartón de huevos (30 unidades) cuesta en el mercado 3 millones de bolívares, mientras que un kilogramo detergente en polvo ronda los 3.6 millones de bolívares; cabe destacar que en ninguno de los casos el salario mínimo es suficiente para cubrir el costo de uno de estos insumos básicos.

La inflación en cifras

Según Alfonso Marquina, diputado opositor y segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional venezolana, lo que se vive hoy en Venezuela es muy grave, y todas las proyecciones señalan que la situación se va a seguir agravando aun más. Informa el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) que para adquirir los 61 bienes y servicios básicos para garantizar la vida digna de una familia de tres personas se necesitaban 120.4 millones de bolívares a finales del mes de mayo.

Se estima que la inflación anualizada para finales del 2018 esté por encima de 100.000 por ciento, una alarmante cifra que para colmo de males parecer ser indetenible ante las ineficientes políticas del gobierno en materia económica. Esto se debe a que las tasas de inflación mensuales promedio superan el 80% y al finalizar el año la acumulación de estos porcentajes puede derivar la exorbitante cifra inflacionaria estimada por algunos especialistas.

Otros factores agravantes

A este oscuro panorama inflacionario se le suma la disminución en la producción petrolera, principal fuente de ingresos del país sudamericano, debido a la falta de inversión realizada en años previos. Por otra parte el elevado índice de corrupción y mal manejo de los recursos financieros de la nación, han llevado a Venezuela a la bancarrota y son la causa de las devastadoras condiciones de vida del pueblo venezolano.