México celebra este domingo 1 de julio unas elecciones federales que prometen ser cruciales para el futuro del país. Las encuestas ponen de claro favorito en estos comicios a Andrés Manuel López Obrador y su coalición de izquierdas. Sin embargo, dado los problemas intrínsecos de la sociedad mexicana, como por ejemplo la violencia y la compra de votos, existen factores que ponen en riesgo la efectividad tanto de las encuestas como la legitimidad del proceso democrático en general.

La compra de votos puede alterar los resultados de las elecciones de México

El mayor riesgo, ya que puede alterar directamente los resultados del domingo, es la compra de votos. De hecho, es un problema secular mexicano, alimentado por la pobreza de muchas clases sociales, la corrupción institucionalizada en muchos de los estados mexicanos, y la sensación de impunidad que parece traslucir de que la venta de votos no sea un acto mayoritariamente mal visto por la sociedad del país azteca.

Estudios de la asociación civil "Mexicanos contra la corrupción y la impunidad" arrojó el dato de que de cada peso que los partidos declaran de forma legal, pueden dedicar hasta 15 para actividades relacionadas con la actividad fraudulenta de la compra de votos.

Asimismo, en los últimos días han sido detenidos dos presuntos "mapaches" (personas que se ocupan de realizar estos pagos para alterar el voto) que se dirigían a las sedes del partido oficialista PRI con una cantidad estimada de 1 millón de dólares.

Decenas de precandidatos muertos: la triste cifra de la violencia política

La otra gran amenaza del importante proceso electoral que se celebrará este domingo en México es la violencia criminal y política.

Se estima que, desde el mes de septiembre de 2017 hasta la actualidad, han sido asesinados unos 46 precandidatos, y se prevé que el clima de violencia se incremente en los últimos días de campaña, e incluso en el mismo día de la votación.

También los narcos y sus potentes redes clientelares pueden alimentar esa sensación de inseguridad e influenciar de manera decisiva en la legitimidad del proceso democrático y los resultados electorales.

No cabe duda de que las organizaciones relacionadas con el tráfico de drogas tratarán de conseguir beneficiar a los partidos políticos que menos beligerantes se muestren con su actividad. Es decir, que harán campaña "a su modo" en favor de aquellas formaciones para los que no sea prioritaria combatir el narcotráfico, o al menos, de aquellos que prefieran hacer "la vista gorda" ante estos hechos.

Una legitimidad en riesgo de ser manchada

Por lo tanto, estos dos factores, la compra de votos y la violencia política, hacen que no sea fácil efectuar un pronóstico acerca del resultado que arrojarán las urnas el domingo, y tampoco puede garantizarse la total legitimidad del proceso que está teniendo lugar en estas fechas.

Habrá que esperar al domingo para conocer todos los datos que permiten evaluar si, en verdad, el proceso se ha realizado con todas las garantías democráticas o, por si al contrario, se detectan factores que hayan podido alterar de forma decisiva el desarrollo de la jornada electoral.