Arabia Saudita emitió licencias de conducir para las mujeres por primera vez en su historia. Diez mujeres saudíes recibieron sus calificaciones, ya que el país se prepara para suspender la ley que prohíbe esto. Un comunicado emitido por el gobierno de Arabia informó que las diez mujeres que recibieron los documentos ya se habían clasificado en otros países como Estados Unidos, Reino Unido, Líbano y Canadá. Ellas realizaron exámenes de dirección breves y examen oftalmológico antes de recibir las licencias del Departamento General de Tráfico de la capital, Riad.

El veto será retirado el día 24 y muchas se preparan para ejercer el derecho. Algunas saudíes incluso están haciendo entrenamiento para convertirse en conductores de compañías como Uber. Las mujeres sauditas se quejan desde hace mucho tiempo de ser obligadas a contratar a conductores de hombres o depender de parientes del sexo masculino para ir al trabajo o cumplir tareas.

La emisión de las habilitaciones antes de la suspensión de la ley fue una sorpresa

Cuatro activistas por los derechos de las mujeres están presas y aguardan un posible juicio. El domingo, un fiscal de Arabia Saudita dijo que 17 personas fueron detenidas en las últimas semanas sospechosas de obstaculizar la seguridad y estabilidad del país.

Los activistas afirman que el caso tiene como objetivo figuras importantes en la campaña por los derechos de las mujeres sauditas. Según un comunicado del fiscal, ocho mujeres fueron liberadas temporalmente, mientras cinco hombres y otras cuatro mujeres siguen detenidos. Entre las activistas mantenidas presas, están Loujain al-Hathloul, Aziza al-Yousef y Eman al-Nafjan.

Las tres están entre las más reconocidas activistas en Arabia Saudita.

En el país árabe todavía existen limitaciones en los derechos de la mujer

Por años, arriesgaron ser presas al presionar al gobierno por el derecho de conducir y también al pedir el fin de las leyes de tutela, que dan a parientes del sexo masculino la palabra final sobre una Mujer casarse o viajar al exterior.

El activismo de las tres es visto como parte de un movimiento mayor por los derechos civiles y democráticos en el reino saudita. Ahora, ellas se enfrentan a acusaciones que incluyen comunicación con personas y organizaciones hostiles al reino y suministro de apoyo financiero y moral y elementos hostiles al reino en el exterior. Los medios de comunicación vinculados al Estado se refirieron a las tres como "traidoras".