Bretaña está explorando la posibilidad de usar el veto para bloquear futuros contratos del programa Galileo de la Unión Europea, ya que las tensiones sobre el sistema de navegación por satélite amenazan con derramarse. Westminster y Bruselas han estado enzarzados en una batalla casi constante por el acceso continuo al proyecto, que Gran Bretaña ha inyectado más de mil millones de libras esterlinas.

La Comisión Europea mantiene que Brexit significa que el Reino Unido y sus empresas deberán ser excluidos de los elementos clave de Galileo después del 29 de marzo de 2019.

Esto significa, de manera crucial, que Gran Bretaña perderá el acceso al Servicio Público Regulado, o PRS, una señal de navegación y cronometraje destinada a ser utilizada por agencias gubernamentales, fuerzas armadas y servicios de emergencia.

Reacción de Westminster

Frustrado por haber quedado fuera del proyecto, Westminster dijo a Bruselas que está explorando la posibilidad de crear su propio sistema nacional de navegación por satélite y utilizará Galileo como un caso de prueba para desarrollar cualquier futura relación de seguridad y defensa con la EU.

Los funcionarios europeos están tratando de presentar ofertas para diseñar el próximo conjunto de satélites para el programa por valor de 350 millones de euros, que estaban planeados para 2019.

Para llevar adelante las ofertas, toda la membresía de la Agencia Espacial Europea debería tener un voto unánime sobre el tema, lo que significa que Gran Bretaña flexiona sus músculos y veta la proposición.

Respuesta de Bruselas

Bruselas insiste en que no está tratando de excluir a Gran Bretaña de Galileo, sino que está respetando las normas, lo que el Reino Unido también aceptó, lo que significa que ningún tercer país puede participar en el programa sin un acuerdo.

El principal negociador del Brexit de la Comisión Europea, Michel Barnier, dijo: "Esas reglas fueron adoptadas junto con el Reino Unido como miembro, y no han cambiado. Esas normas no impiden que el Reino Unido, como tercer país, utilice la señal encriptada de Galileo, siempre que los acuerdos pertinentes entre la UE y el Reino Unido estén en su lugar".

El ministro de Ciencia, Sam Gyimah, acusó a la UE de jugar un "balón duro" sobre los niveles de participación británica futura en el proyecto. Él le dijo a la BBC: "Queremos ser parte de los elementos seguros del sistema y queremos que la industria del Reino Unido pueda presentar ofertas por contratos de manera justa.

El Sr. Gyimah insistió en que la UE sufrirá como resultado de no permitir que Gran Bretaña participe con otros estados miembros que tienen que encontrar miles de millones de libras más para continuar.