Raúl Castro dijo el jueves que esperaba que Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, de 57 años, cumpliera dos mandatos de cinco años como presidente y eventualmente tomara el lugar de Castro como jefe del Partido Comunista, dominando la política cubana hasta el 2031. Díaz-Canel es el verdadero sucesor de Castro como líder total de Cuba.

Raúl Castro abandonó la presidencia el jueves después de 12 años en el cargo cuando la Asamblea Nacional aprobó la nominación de Díaz-Canel como el candidato para el máximo cargo del gobierno. Canel le dijo a la nación que Castro, de 86 años, seguiría siendo la máxima autoridad del país como jefe del Partido Comunista.

Muchos en la isla no prevén necesariamente cambios drásticos, y hay algunos en la generación más joven que esperaban una cierta expansión de las reformas económicas limitadas y más oportunidades. No necesariamente creen que va a ocurrir esto con Díaz-Canel , pero hay algunos que siguen esperanzados con este cambio.

Opiniones de algunos cubanos

En los Estados Unidos, los exiliados cubanos y los líderes cubanoamericanos no ven esto como una buena elección o cambio. Lo ven como un mero paso de la antorcha de un dictador a otro sin prácticamente posibilidades de mejorar las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba.

Hablando después de Díaz-Canel, Castro dijo que esperaba que el joven se convirtiera en el primer secretario del partido después de que Castro se retire del cargo en 2021.

"A partir de ese momento, seré solo otro soldado que defienda esta revolución", dijo Castro.

El mandato de Díaz-Canel

Castro indicó que esperaba que Díaz-Canel cumpliera dos mandatos de cinco años como jefe del partido, y dijo que lo imaginaba como el guía de su propio sucesor durante tres años después de dejar la presidencia en 2028.

En su discurso de media hora a la nación, el nuevo presidente se comprometió a preservar el sistema comunista de la isla mientras reformaba gradualmente la economía y hacía que el gobierno fuera más receptivo con el pueblo.

"El pueblo le ha dado a esta asamblea el mandato de dar continuidad a la Revolución cubana durante un momento crucial e histórico que se definirá por todo lo que logremos en el avance de la modernización de nuestro modelo social y económico", dijo el nuevo presidente.

Además dijo que Cuba, como siempre, estaba preparada para negociar con Estados Unidos, pero no estaba dispuesta a ceder a ninguna de las demandas de Washington de cambio interno.