Desde que estalló el escándalo Weinstein, se han difundido agresiones sexuales a mujeres hasta ahora desconocidas en muchos ámbitos de puestos de trabajo y en toda clase de tareas laborales. Y por lo visto, hasta las instituciones más respetables y veneradas, como los Premios Nobel de muchas materias, desde el de la Paz al de Literatura, han sido salpicadas con la ignominia de estas terribles actitudes.

El acusado de violaciones y acoso en la Academia Sueca ha sido el francés Jean-Claude Arnault, 71 años, importante personalidad de la Cultura en Suecia, Director Artístico del Forum (importante institución cultural) y casado con la académica y escritora Katarina Frostenson.

Este escándalo estalló el pasado noviembre.

Acusaciones de traicionar el espíritu de la Academia

Desde entonces, los 18 miembros de la Academia guardan el más absoluto silencio sobre el tema. Pero ayer viernes, brusca irrupción de nuevo del escándalo: los académicos y escritores Klas Österhren y Kjell Espmark dimiten de sus cargos, junto con el historiador Peter Englund, ex secretario vitalicio y hasta ahora académico de a pie.

Declaran que se ha traicionado el espíritu de la Academia con ciertas actitudes de varios académicos, según denuncia Espmark (uno de los más veteranos académicos, de 88 años), que “han antepuesto la amistad por delante de la integridad [moral] de la Academia”.

El jueves por la noche, en una reunión de todos ellos, el orden del día era que un bufete de abogados iba a sacar a la luz, el próximo día 13, su investigación sobre los lazos entre los académicos y Jean-Claude Arnault, pedida por la secretaria vitalicia, Sara Danius.

Al final, no fueron capaces de ponerse de acuerdo sobre un comunicado conjunto a la Prensa.

18 mujeres fueron agredidas por una 'importante personalidad'

El 21 noviembre 2017, el diario sueco Dagens Nyheter publicó un artículo sobre la acusación a “una importante personalidad de la Cultura” por parte de 18 mujeres, que las había acosado, violado o agredido sexualmente.

Poco después, ese agresor tuvo nombre y apellidos: Jean-Claude Arnault, al querellarse varias de sus víctimas contra él, aunque sólo 4 de las 18 víctimas lo hicieron a cara descubierta, el resto de manera anónima.

Sara Danius hizo saber a los académicos, dos días después, que las hijas y esposas de ellos “están expuestas a una intimidad no deseada y a comportamientos inapropiados” por parte de Arnault.

Y no sólo eso: se supo además que él mismo habría utilizado fondos de la Academia recibidos de subvenciones estatales, algo que obligó a la institución a prohibir los conflictos de intereses, modificando su Reglamento.

El escándalo, juntando las agresiones sexuales con el dinero robado de las subvenciones, está carcomiendo poco a poco el hasta ahora intachable e inmaculado nombre de la institución que se fundó a partir de la donación para ello de la fortuna del científico Alfred Nobel (1833-1895), pensado para honrar a personalidades de la Cultura, la Ciencia y la Política que hubieran beneficiado a la Humanidad con sus actos.

El diario mencionado, Dagens Nyheter, ya habla de una “institución en ruinas” en medio de una “catástrofe”.

Otros medios suecos son igualmente apocalípticos, usando expresiones como “La caída libre de los 18”, en alusión al número de los hasta ahora miembros de la Academia.

En cambio, se dice que muchas de esas Denuncias contra Arnault podrían prescribir o ser archivadas por la Justicia, al no haber pruebas claras contra él, pero se centrará en las más recientes, que todavía pueden recibir condena contra su presunto autor.