Los renovados ataques del ejército del presidente sirio Bashar al-Assad han dejado al mundo perdiendo la fe en la humanidad. El 18 de febrero de 2018, el ejército de Assad, ayudado por el ejército ruso, comenzó a bombardear el suburbio de Damasco en la región oriental de Ghouta en un intento por tomar el control de la región, que está en manos de los rebeldes. Las fuerzas sirias han bombardeado implacablemente escuelas, hospitales y casas habitadas por niños, sin mostrar compasión por los civiles. Hasta el momento, 674 civiles, incluidos 121 niños, han perdido la vida en las últimas dos semanas y la situación continúa empeorando a medida que la guerra entra en su octavo año.
El comienzo de la guerra civil siria
Bashar al-Assad sucedió a su padre Hafez después de su muerte en 2000. Bajo su mandato, las tensiones políticas y socioeconómicas comenzaron a aumentar después de que el gobierno fue acusado de corrupción, represión y negación de la libertad política. La tensión finalmente dio origen a las protestas en todo el país en marzo de 2011, encabezadas por la Primavera Árabe en la ciudad sureña de Deraa.
Según los reportes, Assad trató de frenar el movimiento con la fuerza y pidió el asesinato de un niño de 13 años solo por dibujar grafiti contra el gobierno, lo que provocó indignación en todo el país y gran parte del mundo. La oposición decidió tomar las armas contra el gobierno para defenderse y defender sus derechos, convirtiendo la situación en una guerra civil cuando Assad prometió tomar el control del país una vez más.
La intensificación de la guerra civil
La guerra civil pronto se convirtió en un campo de batalla por poderes externos, lo que condujo al alargamiento de la guerra. Mientras Rusia ayudaba a Assad a mantener una fortaleza en Siria, Estados Unidos unió fuerzas con la oposición y la participación de las dos superpotencias empeoró la situación a medida que el armamento avanzado comenzó a utilizarse en la guerra causando la destrucción a gran escala y el derramamiento de sangre.
La ONU declara a Damasco "Infierno en la Tierra"
El nuevo asalto a Damasco comenzó el 18 de febrero, cuando las fuerzas sirias decidieron atacar la región controlada por los rebeldes y bombardearon la región continuamente durante dos semanas, incendiando todas las estructuras de la región. Los bombardeos han dejado a más 400,000 personas atrapadas en la región sin provisiones de alimentos, agua o asistencia médica para los heridos
Los recientes ataques han provocado la condena internacional y ha llevado al voto de la Asamblea General de las Naciones Unidas a pedir un alto al fuego de 30 días por razones humanitarias. Sin embargo, el cese al fuego no ha logrado contener o incluso minimizar la violencia en la región.