El diario francés Libération dedica una serie de reportajes a la Rusia gobernada como un señor feudal por Vladimir Putin, que además recuerda que muchos jóvenes rusos de 18 años que votarán por primera vez en unas elecciones, no han conocido otro gobernante que él. Es decir, que todavía no habían nacido cuando gobernaban Boris Yeltsin o Mikhail Gorbachov.

Políticos acosando a mujeres rusas

Pero tiene un rasgo preocupante, digno de la Edad de Piedra, que hoy, en el Día de la Mujer y la Huelga Feminista mundial con la que se protesta contra el machismo en general, y es que el acoso sexual a las mujeres se produce en medio de la indiferencia casi general de los rusos y las rusas.

Por ello, si hay movilización de las mujeres rusas contra esto, cuesta más que en otros países de religión cristiana.

Libération se hace eco del acoso obsesivo de un político municipal moscovita a una mujer, la cual, por miedo, apenas se atrevía a salir a la calle, hasta que ha reunido el coraje para denunciar a su acosador. Ella es Sofia Roussova, periodista de 32 años. Recibía SMS sexuales de él, que además la siguió y la pegó en plena calle.

Sofia decidió denunciar su caso en la radio Govorit Moskva. Y otra mujer, ésta Vicepresidenta de la TV rusa TV1, Ekaterina Kotrikazdé, contó con pelos y señales el acoso del diputado Leonid Sloutski, recordando que Sloutski intentó tocarla y besarla, a lo que ella se negó y huyó.

Sloutski es miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores en la Duma, el Parlamento ruso, que ha recibido denuncias de otras mujeres, no tantas como Harvey Weinstein, con el cual le comparan, pero casi. Él, lejos de disculparse, presume hasta la vanidad más absoluta de “haber ganado autoridad” gracias a este escándalo. Aun así, las que lo denuncian, gracias a Me Too, han cogido coraje para no asustarse ante él, aunque todavía muy poco en la Rusia actual.

La Iglesia Ortodoxa domina totalmente los valores rusos

La aceptación del Movimiento Me Too en todo el mundo no parece haber afectado mucho a Rusia, que en los últimos años, se ha erigido en la más firme defensora de los valores tradicionales, que incluyen lo amoroso, el Matrimonio y la Familia. Por esto, cuesta mucho que la Policía lleve adelante una denuncia por acoso sexual, algo que critica Sofia Roussova. Y si no, recordemos el proyecto de Ley que aprobó la Duma, apoyado por una mujer, que defendía que un marido podía pegar a su mujer, siempre que no la matara.

Se aprobó por presiones de la todopoderosa Iglesia Ortodoxa Rusa, temerosa de que si se condena a los maridos, sería el fin de la Familia y su destrucción total, como si fuera Hiroshima.

Y esa fiebre por lo tradicional en Rusia, ya que hemos citado a Harvey Weinstein, afecta a muchas actrices rusas, que al contrario que sus colegas occidentales, defienden al denostado productor, apareciendo desde unas que ven “genial” ese acoso múltiple que Weinstein cometió, sintiéndose halagadas por que las acose “alguien que tiene tanto poder”.

Volviendo a Leonid Sloutski, en la Duma tiene el apoyo unánime de los diputados hombres y de muchas mujeres diputadas. Las feministas rusas piensan que tienen que organizarse mejor, ya que según el Censo, en Rusia hay 12 millones más de mujeres que de hombres. “Somos una mayoría que se deja tratar como una minoría”, dice la feminista rusa Aliona Popova.