El gobierno del magnate Donald Trump decidió expulsar a 60 diplomáticos rusos en represalia al gobierno ruso por el intento de asesinato de Serguei Skripal, ex espía doble que vivía en Inglaterra, quien el pasado 4 de marzo fue hospitalizado tras ser expuesto a un potente compuesto químico.
Con esta decisión, que además contempla la posibilidad de cerrar el consulado ruso en Seattle y Washington, Estados Unidos pretende dar "un claro mensaje a los líderes rusos, con el fin de reducir la capacidad de espionaje ruso y aumentar la seguridad nacional", señalaron fuentes del Gobierno en una rueda de prensa.
"Rusia debe cambiar de actitud si quiere mejorar las relaciones", dijo la Casa Blanca.
Europa y Canadá imitan la iniciativa
La decisión estadounidense de expulsar a los funcionarios rusos tuvo réplica en Europa, donde países como Alemania, Finlandia y Polonia, entre 14 países, también expulsaron de sus fronteras diplomáticos rusos. Fuera de Europa, Canadá hizo lo mismo. Así, Estados Unidos y dichos países se suman a lo hecho por el Reino Unido, que tras la certeza de que el Kremlin está detrás del atentado, decidió expulsar a 23 diplomáticos.
El día 4 de este mes, Skripal y su hija tuvieron que ser hospitalizados de urgencia tras ser hallados inconscientes en un parque de Salisbury, en el sur de Inglaterra.
Entre los 60 diplomáticos expulsados, a quienes desde Washington se los acusa de realizar tareas de información bajo su "inmunidad diplomática", hay 12 miembros de la misión rusa ante las Naciones Unidas. El Gobierno norteamericano manifestó que tardó unos días en realizar las represalias porque "se trata de una elección que no puede hacerse de la noche a la mañana".
Según la propia Administración, se trata de una decisión tomada personalmente por Donald Trump, quien estuvo reunido con la Primer Ministro británica Theresa May. "Apoyamos al Gobierno británico y cómo ha respondido al ataque", afirmó el representante del Gobierno estadounidense.
Respuesta rusa
El Kremlin manifestó hoy "una enérgica protesta" por esta decisión de la OTAN y la Unión Europea, en una declaración del Ministerio de Exteriores a través de su sitio web.
A su vez, advirtió que "Rusia reaccionará": "Vemos esta decisión como una manifestación nada amistosa, que no contribuye en nada a esclarecer las causas del ataque, ni ayuda a buscar los culpables del incidente en Salisbury", añadió.