Hace pocos días, el príncipe Manvendra Singh Gohil, heredero del marajá de Rajpipla en el estado hindú de Gujarat, anunció la donación de su palacio para una causa benéfica de gran importancia en su país.
Repudiado por su familia desde los diez años, cuando eligió declararse públicamente homosexual, el príncipe, eligió destinar su palacio y alrededores (15 acres de tierra) como un lugar de acogimiento para personas LGBT que se encuentren en estado de dificultad.
Será el primer centro de ayuda LGBT en un país en donde estas personas son todavía discriminadas y apartadas de la sociedad.
La situación de los homosexuales en la India
En India muchos homosexuales, son forzados, por parte de sus familiares, a casarse con una mujer o son expulsados de casa por salir del armario. La apertura de esta estructura aportará, no solamente un hogar en donde poder vivir, sino que permitirá también adquirir las herramientas para poder ser independientes. Para alcanzar este objetivo, en la habitaciones de este edificio, se realizarán cursos de inglés y se aprenderán trabajos manuales.
La ayuda del príncipe Gohil
Gracias a la ayuda de personalidades como Gohil, activista de primera línea, la comunidad LGBT está adquiriendo mucha más visibilidad, sobre todo en estados tan conservadores como el Gujarat y en las grandes ciudades del país, en donde se están abriendo varias posibilidades e inclusión de la comunidad homosexual en la vida social.
Hace tiempo, el príncipe abrió también una asociación caritativa: la Lakshya Trust, que tiene entre sus objetivos el alcance de una mayor tolerancia sexual en India, una mayor igualdad de género y la prevención de la transmisión del SIDA y de otras enfermedades de transmisión sexual, a través de la educación para la salud y su prevención gracias al reparto de preservativos.
Una ley que hay que cambiar
La India heredó desde el imperio inglés la ley victoriana que castiga cualquier acto (también si consensuado) entre personas del mismo sexo, ley que fue introducida en el 1860 por James Bruce, causado por el miedo de que los soldados ingleses empezaran a practicar "malos costumbres". Todavía se está discutiendo en este país la abolición de dicha ley, que sigue en vigor aún cuando ya han pasado décadas desde la época colonial.
En el 2013, la Corte Suprema de Nueva Delhi, quería revisarla, cosa que no fue posible ya que hacia falta la realización de una nueva ley sustitutiva. Parece que ahora la situación está cambiando y la misma Corte tiene programado cambiar finalmente esta ley, ya obsoleta, que necesita ser renovada por otra más humana y más adaptada a la sociedad actual.