Son más de 300 mil los inmigrantes provenientes de países caribeños y centroamericanos, cuyas vidas incursas en el sueño americano, se verán gravemente afectadas, si el presidente Trump decide no apoyar las reformas sugeridas por republicanos y demócratas al DACA, que goza de amparo ya que, Trump intentó eliminarlo, durante el pasado septiembre; o bien se incline por retirarles definitivamente el apoyo en el territorio de los Estados Unidos. El Salvador, Haití, Nicaragua y Honduras, han sido sacudidos en las últimas décadas por devastadores fenómenos climáticos que han puesto sus economías en el abismo y a sus habitantes en la pobreza y la violenta inseguridad.
Antes de la administración Trump, miles de personas provenientes de esos lugares, han encontrado en suelo estadounidense la oportunidad de reconstruir sus vidas. El llamado “Estatus de Protección Temporal “, ha sido aplicado especialmente a los salvadoreños; condición que con una vigencia de 18 meses debería poder renovarse en una o dos oportunidades, y que se ha mantenido sin una resolución definitiva por más de dos décadas, junto a otras tantas y similares situaciones, que se reproducen con inmigrantes de diferentes orígenes entre los que se destacan México, países caribeños, y otros centroamericanos.
El endurecimiento de la política migratoria
El presidente Trump se ha manifestado reiteradamente, en desacuerdo con lo que él ha denominado “la Inmigración en cadena”.
Esta se refiere al pedido de visas que los inmigrantes legales, que poseen la llamada tarjeta verde, solicitan para sus familiares, con el fin de unificar sus familias y que la Ley de Inmigración denomina, inmigración familiar. Lo anterior junto con la eliminación del DACA y las desafortunadas palabras del presidente Trump, durante la conocida reunión bipartidista, llevada a cabo en el Salón Oval, que fueran condenadas por la comunidad internacional, determinan un fuerte endurecimiento de la política migratoria de la actual administración estadounidense.
Lenguaje abusivo, desmentidas y afirmaciones
Durante la última semana el presidente americano hizo gala de expresiones ofensivas y vulgares, que fueran recogidas por The Washington Post. A pesar de que Trump dijera que su lenguaje había sido duro, pero que esas no fueron sus palabras, asistentes a la reunión aludida confirmaron sus insultos a varios países centroamericanos y africanos.
Hoy en Florida, en el momento de su llegada a un club de golf, Trump ha manifestado a los periodistas presentes, según publica El País : I am the least racist person to have interviewed, what do you want me to tell you?
El proyecto de construcción del muro en la frontera con México, el intento de eliminar el Daca, que protege a los infantes hijos de inmigrantes, nacidos en suelo estadounidense; los reiterados calificativos injuriantes hacia personas y sus países de origen, son conocidas por el mundo entero, y han recibido las correspondientes muestras oficiales de desagrado, así como la exigencia de disculpas. Los exabruptos del republicano, que parecen complacer a sus electores, no son compartidos ni por su partido ni por el Demócrata.