No podemos negar que los países nórdicos (véase Finlandia, Islandia, Noruega, Dinamarca y Suecia) siempre ocupan los primeros puestos en educación, conciliación laboral, derechos sociales, igualdad y calidad de vida (incluso, Dinamarca ha conseguido que los ciudadanos del país sean los más felices del mundo, gracias a su filosofía de vida que se conoce con el nombre de Hygge).
Y sus paisajes son impresionantes tanto en invierno como en verano, con la naturaleza salvaje, los colores, y las figuras que es capaz de crear la nieve o el sol rojizo como máximos protagonistas.
Por otro lado, han introducidos vocablos en nuestro diccionario, con un significado positivo. Por ejemplo, Hygge (Dinamarca), que se emplea para expresar una situación de bienestar y de felicidad, en el que la persona se siente libre, relajado y cómodo; Fika (Suecia), es una tradición que busca que las personas socialicen y disfruten de la pausa del café durante su jornada laboral; Lagom (Suecia), que se puede traducir como "en la justa medida" que se emplea para comprar, vivir la vida o realizar el trabajo; Sauna (Finlandia), no sólo es un habitáculo donde vamos a sudar y desintoxicarnos, en Finlandia es un estilo de vida basado en relajarse, meditar y limpiar el cuerpo.
Pero, ¿todo es tan perfecto en ciudades como Estocolmo, Helsinki, Reikiavik, Copenhague u Oslo?
Como sucede en España (que vende la imagen de turismo, sol, playa y gente siempre de fiesta) no todo es positivo en estas sociedades, además de que su filosofía de vida tiene puntos que no son tan agradables como parece.
Y, ¿cuáles son esos puntos negativos en los países nórdicos?
A lo largo de una serie de artículos iremos tratando esos puntos que no salen en las campañas publicitarias, en los documentales sobre la belleza de los fiordos o sobre lo estupendo que es ser madre en estos países.
- Suecia y la normalidad de la soledad. Según uno de los principales canales de televisión suecos, TV4, el 40% de los hogares suecos ya son unipersonales (o sea, en 1,7 millones de sus casas sólo vive una única persona).
Y, según un informe publicado por Cruz Roja, el 40% de los ciudadanos suecos se sienten completamente abandonados por sus seres queridos (un 25% de las personas que aparecen muertas no son reclamadas por nadie, lo que realmente es muy triste; realmente, ¿nadie les echa de menos?)
La base de este problema es la idea equivocada de que la independencia es igual a ser feliz y para ser realmente libre hay que romper los lazos con la familia y no se tiene dependencia emocional con amigos, familiares, hijos, pareja, etc.
Ese proyecto de familia fue creado por el primer ministro del país, Olaf Palme, en el año 1972 y se ha demostrado que fue una idea completamente errónea.
¿Quién puede ser feliz sin reunirse los domingos con su familia, sin tomarse un café con los amigos o jugar en el parque con sus hijos?