La autodenominada organización humanitaria Cascos Blancos que trabaja sobre el terreno en Siria, esta bajo sospecha por su colaboración con el Estado Islámico y las filiales de Al-Qaeda. Los grandes medios de comunicación occidentales les rinden titulares después de cada una de las atrocidades del régimen sirio contra su pueblo, pero muchas de estas portadas ocultan una realidad aplastante, la gran mentira de los Cascos Blancos.

Los grandes medios de comunicación sirven como altavoz de la gran causa Occidental contra el régimen sirio y muchos de sus rivales en la región, que casualmente son grupos terroristas que ya han actuado y amenazan con volver a actuar en toda Europa.

Este reparto de fuerzas en un conflicto haría difícil determinar la ayuda prestada por Occidente a cada uno de los contendientes, ya que los dos son sus objetivos militares. Internet tiene la respuesta a todas nuestras dudas, mucho más haya de grandes análisis geopolíticos o de resoluciones de la ONU, ahora la Red nos da la oportunidad a nosotros mismos de sacar conclusiones sobre todo esto. Si hacemos una búsqueda de fotografías en Google, podremos entender rápidamente la escala de la manipulación.

Como podemos observar en las fotografías, los Cascos Blancos no solamente sirven como organización humanitaria en Siria, sino que también forman parte del Estado Islámico en su retaguardia. Encontramos desde torturas a prisioneros de Guerra, que no reciben ni el más mínimo trato según las leyes de la guerra, así como podemos ver diversos foto montajes de ataques aéreos.

La guerra de Siria nos recuerda a títulos del cine como La Cortina de Humo 1997, donde una buena portada es capaz de motivar a los electores para respaldar cierta política internacional. Esta claro que Siria es un campo de batalla, pero las diferentes fuerzas en conflicto tienen mucho más que ganar en las portadas, que en los campos de batalla.

Los medios de comunicación occidentales rinden honores a diversas agencias, de origen confuso, así como a organizaciones como el Observatorio sirio de Derechos Humanos, que solamente esta formado por una persona y tiene su sede en el Reino Unido.

Además el Observatorio sirio de Derechos Humanos tiene un problema con las cifras, ya que siempre que emite cifras de bajas civiles, tiende a sumar bastante sobre las cifras de otros observadores internacionales que si están en la zona.

Esto añade confusión a cualquier análisis objetivo, justamente el que la faltó a la ONU después del supuesto ataque químico en la provincia de Idlib, y que fue pretexto para la respuesta de los EEUU sobre suelo sirio, provocando una escalada militar sin precedentes desde la desintegración de la Unión Soviética.