Desde hace años Venezuela vive un clima tenso, hoy día con varios focos de violencia (protestas), por la situación política de la nación suramericana, pues desde la llegada al poder del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, los intereses de varios países, primordialmente los Estados Unidos de Norteamérica, han sido tocados y esto no ha gustado, en especial los precios del petróleo que ya no son tan baratos como eran antes de la era chavista.

Hugo Chávez Frías fue electo por la mayoría de los venezolanos a finales del año 1998 y comenzó dando un giro en su proyecto de gobierno, pues de inmediato convocó al poder original, es decir, al pueblo para realizar una Constituyente y modificar desde la raíz la Constitución de la República, agregando varios cambios que nada gustaron a los más poderosos, los que estaban acostumbrados a “mover los hilos” del gobierno.

Inicio de fuerte campaña mediatica

En ese preciso momento arreció una feroz campaña mediática y se emplazó un ataque constante al gobierno legítimamente constituido para tratar por todos los medios, sacar del poder a Chávez, y con la manipulación mediática, llegaron los focos de violencia, llegaron las protestas de todo tipo y se inició una guerra contra el gobierno y contra su principal apoyo, el pueblo.

Todos los cambios que se estaban dando, por cierto contemplados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, era “bombardeados” y saboteados por la oposición venezolana, con apoyo de gobiernos extranjeros, buscando la manera de descalificar el verdadero sentido o fin del mismo, y así transcurrió por más de 16 años hasta el día de hoy, cuando ya Hugo Chávez no está físicamente con el pueblo venezolano, ahora Venezuela es gobernada por uno de los más cercanos colaboradores del desaparecido Comandante, Nicolás Maduro Moros.

En los últimos días las protestas en contra del gobierno de Maduro han sido múltiples, muy poco concurridas pero en exceso violentas y dañinas para todos, pues se han concentrado en la destrucción de los bienes públicos y no públicos, utilizando un método poco ortodoxo para llevar a cabo la mismas, una figura denominada Guarimbas, que son una especie de protestas violentas que consiste de generar el caos hasta tal punto que no importa a quien dañen o eliminen físicamente, más allá de ser una protesta es un acto de terrorismo el perpetrado por sectores de la oposición venezolana.

La Constitución garantiza la protesta pacífica

El derecho a manifestarse está incluido en la Constitución venezolana, específicamente el artículo 68, donde se le da rango constitucional a la protesta y se aprueba, eso sí, de manera pacífica y sin el uso de armas, pero las protestas opositoras en Venezuela no son para nada pasivas.

La dirigencia de la oposición venezolana en los últimos días se olvidó del término “protesta pacífica” y se ha caracterizado por la violencia y el caos, hasta tal punto que unos de los primordiales fines que persigue al desarrollar las protesta es la de quemar, saquear, destruir y dañar los espacios públicos, las instituciones, los vehículos de transporte y lo más grave, atentar contra la vida de las personas, dándole un carácter violento y terrorífico a sus demandas, lo cual ha hecho que muchas de las personas que de una u otra manera han venido apoyándolos en contra del gobierno bolivariano, ya no compartan sus luchas por no compartir la violencia desenfrenada con que actúan.

Esta violencia generalizada por parte del sector oposición en Venezuela ha sido banalizado por los medios de comunicación, quienes en diversas ocasiones han dado al traste con el verdadero periodismo y se han destinado a la práctica de un periodismo amarillista y mercantilista, en un tiempo en que se requiere que el periodismo sea equilibrado e imparcial.

En Venezuela se requiere tolerancia por parte de los seguidores del gobierno y de la oposición, así como la práctica del entendimiento y del dialogo, para poder superar los obstáculos y poder resolver los verdaderos problemas que hoy día sufren los habitantes del país sureño.