Los niños son considerados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como población vulnerable, por lo tanto necesitan asistencia y atención especial que defienda sus derechos humanos más básicos cómo la Alimentación. Por ello la ONU ha realizado incontables llamados internacionales para impedir abusos en contra de los menores y en caso de que se realice alguna violación a sus derechos, buscar la manera inmediata para resarcir de la mejor manera el daño.

Y dice el dicho que "querer es poder", muestra de ello la dio un juez del Poder Judicial del Perú, quién "agarró al toro por los cuernos" y, en lugar de posponer una audiencia, decidió poner en primer lugar la urgente necesidad de alimentación de un niño y usar la tecnología que brinda Whats App para lograr justicia pronta y expedita.

El juez Efer Díaz Uriarte, perteneciente a la Corte Superior del Santa, fue quien se negó a prolongar más tiempo la audiencia, al enterarse que el procesado por el delito de "omisión a la asistencia familiar", no podría llegar a la Corte debido a que las recientes lluvias dejaron inundados los caminos de la población dónde vive.

En un comunicado del Poder Judicial del Perú se informa que si bien, en ocasiones anteriores, ha recogido declaraciones, utilizando los beneficios que ofrecen programas como Skype y Messenger de Facebook, esta ocasión es inédita, pues el celular y el Whats App, eran las únicas formas de establecer comunicación con el padre del niño.

La audiencia dio inicio gracias a la disposición del juez y del trabajo del equipo informático del módulo penal, logrando instalar un monitor de un televisor en plena Corte, así, el juez Díaz Uriarte, la defensa del procesado y la parte agraviada en representación del menor, lograron observar el enlace en tiempo real la audiencia que trajo una ventaja más:

A través del Whats App, el procesado decidió que ayudaría a terminar anticipadamente el proceso tras reconocer que efectivamente, había cometido el delito de no proveer a de comida a su propio hijo.

También aceptó que pagaría poco mas de dos mil dólares (equivalentes a 6 mil 713 soles) para cubrir las pensiones que no dio y la respectiva reparación del daño.

Como lo anterior fue un acuerdo entre las partes (padre y madre del menor) y para que el niño pueda recibir de inmediato los beneficios de la audiencia, el juez validó el acuerdo y sentenció al padre a un año de cárcel, aunque la misma que fue suspendida.

De esta manera el procesado no irá tras las rejas siempre y cuando no se vuelva a desentender de sus responsabilidades y cumpla con el acuerdo pactado.

Ojalá que este caso sirva de ejemplo para exigir a muchos jueces que dejen de posponer una y otra vez (por truco de la parte demandada), audiencias destinadas a velar por el bien de los menores.