Aún bajo el influjo del asombro que ha supuesto para medio mundo la elección del magnate Donald Trump como presidente número 45 de los EE.UU., nos acercamos al 20 de enero, fecha en la que dejará de ser el presidente electo para pasar a ser el presidente de facto tras la ceremonia del traspaso de poder. Se trata de un momento muy importante ya que es un símbolo de la esencia del proceso democrático estadounidense.

Será un día destacado a nivel informativo, la toma de posesión que se llevará a cabo en el National Mall de Washington, será retransmitida en directo por múltiples medios, entre otros por la red social favorita de Trump, Twitter, que según su COO cumplirá con su cometido de funcionar como un lugar destinado a la discusión en tiempo real de las noticias y la política.

La retransmisión se hará en colaboración con la PBS Newshour y será presentada por la periodista Judy Woodruff.

Tras la elección del 8 de noviembre, Donald Trump tan solo ha dado una rueda de prensa el pasado miércoles 11 de enero, hasta entonces en lo que supone una novedad que parece seguirá manteniendo a lo largo de su mandato presidencial sus reacciones fueron transformadas en comunicados del twitter, es decir, condensadas en 140 caracteres, lo que a nivel diplomático ya ha supuesto los primeros problemas. En parte este hecho se debe a su enfado con un amplio sector de la prensa estadounidense al que acusa de publicar informaciones falsas.

A lo largo de estos dos meses largos, Trump ha ido rodeándose del que se convertirá en su equipo de gobierno, siempre y cuando sea aprobado por el Congreso, pese a las voces que denuncian que Trump no estaba convencido de su victoria y por lo tanto no tenía un equipo previsto ha sabido atraer a ricos y ultraconservadores.

Ya ha sido calificado como el equipo de gobierno más rico de la historia, superando incluso al del presidente George W. Bush.

Su yerno, Jared Kushner, el marido de su hija Ivanka, ocupará el puesto de asesor especial de la presidencia. Hay que señalar que Trump ha declarado que pese a poder ejercer a la vez como presidente y seguir llevando sus negocios, ha renunciado a esto último, para evitar conflictos de intereses, formando un trush con sus empresas que estará bajo la dirección de sus otros dos hijos y una tercera persona, sin que él tenga acceso a la toma de decisiones.

Rex Tillerson, será el secretario de estado, éste presidente y consejero delegado de la empresa Exxon Mobil, mantiene una relación de amistad con el presidente ruso Vladimir Putin. James Mattis será el secretario de defensa, se trata de un exgeneral del ejército donde era conocido con el doble apodo de “perro furioso” y “monje guerrero”.

Mike Pompeo, hasta ahora representante republicano en Arkansas y enemigo de Clinton, será el nuevo director de la CIA.

Otro general retirado, Mike Flynn, conocido por sus ideas islamófobas y su cercanía a Rusia, será el Consejero de la Seguridad Nacional. El Secretario de la Seguridad Interna será otro militar Jhon Kelly. El Fiscal General es un hombre que ha sido acusado de racismo en varias ocasiones, Jeff Sessions. En cuanto a Consejero de Medioambiente, Trump ha colocado al negacionista del cambio climático Scott Pruitt. Como Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin se encargará de cambiar la reforma financiera emprendida por Obama. Rick Perry, antiguo gobernador de Texas llevará ahora el Departamento de Energía.

Andrew Puzder, un empresario de comida rápida, famoso por mostrarse contrario al aumento del salario mínimo, será el Secretario de Comercio.

A sus 78 años, Wilbur Ross es el nuevo Secretario de Comercio. Nikki Haley, gobernadora de Carolina del Sur será la embajadora ante la ONU. El Secretario de Sanidad es un reconocido contrario al aborto, Tom Price. Betsy Devos será la Secretaria de Educación y Ben Carson de vivienda. Linda McMahon se encargará de dirigir la Administración de las Pequeñas Empresas, mientras en Infraestructuras estará Elaine Chao que ya trabajó con Bush.