Se quiere acabar con tantos residuos alimenticios y Francia se ha puesto en marcha para reducirlos mediante una ley.  Aprobada por la legislación esta nueva ley ya está en marcha y pretende evitar la destrucción de los Alimentos que siguen siendo comestibles y la promoción de la donación a organizaciones de caridad de los alimentos en cuestión.

Ha pasado ya casi un año después del lanzamiento de la propuesta del Senado francés que finalmente adoptó una medida drástica para luchar contra el despilfarro de alimentos e intentar evitar que las grandes cadenas de supermercados tiren la comida o alimentos que no se pueden vender pero sí se pueden comer.

En mayo de 2015, las disposiciones contenidas en la nueva legislación habían sido añadidas a Ley energética, pero el Consejo Constitucional la había excluido de la legislación energética por cuestiones meramente procesales.

En la nueva ley dedicada a la lucha contra el "alimentaire gaspillage" (residuos de alimentos) - en diciembre se votó  por la Asamblea Nacional y ahora ya se ha adoptado - hay una jerarquía de acciones para poner en marcha y evitar así el desperdicio alimenticio: desde la prevención a la utilización con fines energéticos pasando de la recuperación a través del consumo humano o de la alimentación animal.

Las reglas también hacen obligatorio el uso de un convenio entre los distribuidores de alimentos y las asociaciones benéficas.

También se realizan sanciones para impedir la destrucción intencionada de productos alimenticios que aún se pueden comer y se han modificado las normas sobre la responsabilidad de los productores de productos defectuosos. Por ejemplo, los agricultores que tengan frutas que por su aspecto (más pequeñas, color distinto, golpes...) no puedan ser vendidos a las empresas porque no los quieren no tendrán que tirar la comida sino realizar alguna de las acciones como consumo humano, donaciones benéficas, consumo de animales...Por último integra la lucha contra el desperdicio de alimentos en el plan de estudios y en el campo de la responsabilidad corporativa.

Ahora que la ley ha sido finalmente aprobada, se puede afirmar que Francia es el primer país en el mundo de legislar de esta manera el desperdicio de alimentos.