Máximo exponente de la cocina italiana en London Bridge
No es una sorpresa que la cocina italiana es una de las más importantes en londres. Su multitud de restaurantes lo secundan. Llega a todas partes y a todo el mundo le gusta. Los italianos siempre han sido emigrantes y su cocina se ha expandido mucho más que la de otros países.
Tanto es así que incluso muchos restaurantes que no son italianos incluyen algún guiño a la cocina italiana o directamente beben de sus bases. Me atrevería a decir que están fuertemente afianzados en la zona sur de Londres (como es el caso del famoso Fabio Manca, cuyo restaurante original surgió Brixton).
Hoy me apetece hablaros de un restaurante ubicado en London Bridge. Todo comienza muy temprano, cuando sus cociner@s empiezan a trabajar la pasta. La tienda tiene un gran escaparate luminoso, esto nos permite poder observar como lo hacen. Entre golpes de harina podremos ver el nacimiento de los tan preciados tagliatelle, taglierini, stracci y todo el restante surtido de pasta fresca que este establecimiento nos ofrece.
100% fresca, 100% auténtica
El simple hecho de poder ver a simple vista como cocinan, ya es de por sí, sinónimo de calidad. Si a esto le sumamos el buen hacer de los cociner@s y como broche final, en este cocktail, añadimos unos ingredientes de alta calidad (burrata, aceites de trufa, o sus carnes cocinadas a baja temperatura).
No todo puede ser bueno, así que si quieres disfrutar de las viandas de este restaurante , tendrás que pagar el precio en forma de cola. Suele haber bastante gente esperando para entrar, cosa que es lógica, porque ofrecen una gran calidad con un precio muy ajustado.
Una vez dentro nos encontramos directamente en la cocina. Decenas de sartenes se apilan sobre un estante que da vida a un cuadro en el que los protagonistas son unos ajetreados cocineros.
El restaurante es bastante pequeño, el 60% del mismo es la cocina, totalmente a la vista del cliente. El local es bullicioso pero de ambiente distendido. Tanto es así que no contaremos con las típicas mesas sino que deberemos compartir barras con otros comensales. Una experiencia desde luego diferente en el cómputo general de Londres.
Ya en la comida en sí, me gustaría destacar el salero y pimentero, que están de adorno, puesto que no lo usaremos. Quiero decir que la comida está perfectamente condimentada a un nivel casero y familiar. Una delicia para las papilas gustativas.
La porciones podrían parecer pequeñas, pero el resultado final, es que uno acaba de comer, con sensación satisfactoria, y en ningún momento con sensaciones de empacho o hartazgo. Tengo que hablar sobre todo de la ternera cocida durante 8 horas a baja temperatura que hace equipo la pasta parppadelle. De la pasta hablaré poco, pues está ejecutada de manera sublime, pero la carne era de otra galaxia, se deshacía en tu boca como si fuera mantequilla y su sabor es exquisito.
Otro de los platos que tuve la suerte de degustar fue el picci cacio and peper, una combinación infalible de queso pecorino y pimienta, el cual me sorprendió de grata manera puesto que el sabor del queso fue limpio e intenso.
Si me esfuerzo para buscar un punto negativo, diré que simplemente los postres no están a la altura de la comida en este restaurante. No es que fueran malos, solo que desmerecen la calidad del resto de la carta. Recomiendo este restaurante a todo aquel que desee probar el auténtico sabor de la cocina italiana, y disfrutar con una carta pequeña, que permite tratar cada plato con el máximo cariño posible , y a nosotros los comensales, descubrirla y disfrutarla.