Esta tarta es muy fácil y además es una de mis favoritas (el toque del café me encanta en cualquier elaboración).

Para realizar este magnífico postre vamos a hacerlo por etapas, en la primera haremos un bizcocho que será la base de nuestra tarta.

  • Bizcocho de chocolate (el que más os guste e incluso podéis utilizar los que venden ya hechos especiales para tartas).

Para hacer el bizcocho necesitamos:

  • 3 huevos (talla L)
  • 150g de azúcar blanco
  • 200g de harina
  • 150g de chocolate o varias cucharadas de cacao puro (dependiendo del gusto de cada uno)
  • Mantequilla (también para engrasar el molde)
  • Una cucharadita de levadura en polvo o polvo de hornear

Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo y comenzamos a preparar nuestra mezcla.

En un recipiente batimos los huevos e incorporamos el azúcar, añadimos la mantequilla y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea (si optamos por el chocolate en tableta, derretiremos la mantequilla junto al chocolate y lo incorporaremos a la mezcla). Una vez hecho esto, añadimos la harina, el cacao (en caso de usar cacao en polvo) y la levadura tamizada y seguimos batiendo hasta obtener una elaboración uniforme.

Engrasamos nuestro molde con mantequilla y volcaremos nuestra masa en el molde. Metemos en el horno alrededor de 20 minutos con calor arriba y abajo (para saber si está hecho pinchad con un palillo, si sale limpio lo podéis retirar del horno).

Al sacarlo del horno lo dejamos enfriar en una rejilla y cuando esté frío lo cortamos para hacer los pisos de nuestra tarta.

Para el almíbar:

  • 150g de agua
  • 150g de azúcar blanco

Pondremos estos ingredientes juntos en un cazo y a fuego medio y lo dejaremos durante diez minutos.

Para la crema:

  • 500ml de nata para montar
  • Azúcar blanco o glass al gusto
  • Café soluble

Con unas varillas eléctricas vamos a montar la nata, incorporando el azúcar en forma de lluvia (poco a poco) y lo mismo con el café soluble.

Cuando esté montada (este proceso puede durar un rato) metemos nuestra crema en una manga pastelera y reservamos.

Para decorar:

  • Dulce de leche o manjar
  • Perlas comestibles de colores (opcional)
  • Manga pastelera o bolsa de plástico
  • Boquilla en forma de estrella

Una vez tenemos todos los pasos hechos, procederemos a montar nuestra tarta.

Pondremos el bizcocho sobre un plato y lo regaremos con el almíbar. Luego le pondremos una capa de dulce de leche y una capa de moka, haremos lo mismo con la otra capa y decoraremos con más ahínco la superior.

Con una paleta aliso la superficie y los laterales de la tarta y luego con una boquilla de estrella podéis id haciendo la decoración que más os guste (el truco está en apretar lo justo la manga y en soltar en el momento adecuado).

Los laterales podéis decorarlos con dulce de leche al igual que la parte superior y cada ‘estrellita’ coronarla con perlas comestibles.

Trucos:

Para rellenar la manga es mejor que la coloquéis en un vaso y luego la cerréis con una pinza para que no se derrame.

La mantequilla es mejor que esté a temperatura ambiente, sin embargo, para montar la nata necesitamos que esté muy fría al igual que el bol y las varillas con la que vayamos a montarla.

El azúcar y el café soluble para la crema de moka son al gusto, yo fui añadiéndole azúcar y café hasta que me gustó el sabor de la crema.

Aporte calórico:

Esta tarta en sí es una bomba calórica, pero merece la pena para alguna reunión familiar o algún cumpleaños.

¡Bon appétit!