Desde el lunes se impondrán nuevas medidas de seguridad en las fronteras colindantes de las que destacan la exigencia de una PCR negativa que haya sido realizada 72 horas antes tanto para los emigrantes de nacionalidad española que quieran entrar por vía aérea como marítima. Esta medida ya había sido pedida públicamente por varios colectivos tras el repunte que se sufrió tras las vacaciones de verano, lo que muchos achacan al flujo turístico del que muchos aeropuertos no realizaron un control exhaustivo.
Esta prueba PCR tiene sus motivos: se exige la obligatoriedad de una RT-PCR de COVID-19 para que dicho diagnóstico sea comprobadamente legítimo para cruzar la frontera, por lo que se descartan otros tipos de tests de diagnósticos rápidos o de antígenos, pretendiendo así también evitar el uso de pruebas fraudulentas que se han visto por Internet, que proveen una prueba negativa a cambio de alguna suma de dinero para poder realizar este desplazamiento transnacional.
Documentación en el control de fronteras
Aparte de seguir estando vigentes algunos protocolos como el de control de temperatura que se implantó en verano, los viajeros han de presentar en esta nueva etapa un certificado original en inglés o español, ya fuere en formato físico o electrónico con código de validación QR que además debe contener como mínimo el nombre del viajero para evitar la suplantación, el número de pasaporte o DNI, fecha de la prueba, identificación y datos de contacto del centro médico que certifica el análisis para evitar falsificaciones y la técnica empleada por este mismo para acreditar la negatividad de la prueba.
Altas sanciones para quiénes incumplan la nueva normativa
La documentación previamente mencionada deberá ser presentada siempre que se viaje desde algunos de los 65 países considerados de alto riesgo.
Una vez en el aeropuerto, una sección llamada como 'Foreing health authority' recibirán las PCR que se traigan. De no ser posible su tramitación telemática o física, los viajeros deberán hacerse el test de antígenos en los propios aeropuertos, donde obtendrán el resultado en aproximadamente una hora. El incumplimiento del procedimiento podrá suponer multas que oscilan desde los 3.000 hasta los 60.000 euros.
Dificultades para los viajeros españoles
Varios ciudadanos españoles que se enfrentan a esta situación han denunciado que nada de esto es tan sencillo, ya que el flujo de gente que viaja en esta época debido a los permisos de trabajo y las navidades es mucho más alta que en otras épocas del año por lo que la demanda de PCRs es mayor, y en muchas ocasiones no pueden tener el resultado con la brevedad que lo necesitan.
Además las comunicaciones con varias empresas de viajes y aerolíneas también se ven dificultadas por la saturación de las mismas.
Algunas regiones de Europa como Reino Unido no da resultados en fin de semana teniendo que ser obligatorio recurrir a pruebas privadas en farmacias cuya resolución se conoce en 48 horas, pero su precio asciende a casi 250 libras, lo que correspondería a unos 280 euros, sin que siquiera esta prueba reuniese todos los datos necesarios para que la regulación española sanitaria la diese por válida una vez aquí. Esta situación está provocando que el viaje de muchos españoles se vaya a ver dificultado y los aeropuertos muy transitados en las próximas semanas.