La península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, sigue siendo una fuente de tensiones entre los Gobiernos de Kiev y Moscú. En esta ocasión, el origen del conflicto ha sido el intento de una flotilla de buques de guerra ucranianos que intentaba llegar hasta el mar de Azov desde el mar Negro. Guardacostas rusos se lo impidieron empleando la fuerza. Los buques ucranianos fueron tiroteados y abordados por los rusos.

Finalmente fueron apresados. Según parece hubo dos marineros ucranianos heridos en el incidente.

Los dos países que formaron parte de la Unión Soviética mantienen unas relaciones plagadas de conflictos

Petró Poroshenko, el presidente de Ucrania, ha solicitado el envío de buques de guerra a la OTAN, organización de la que este país no forma parte, y desde Alemania, Angela Merkel, ha declarado que la alianza atlántica rechaza cualquier solución de naturaleza militar. El presidente ucraniano, que concedió una entrevista al diario alemán Bild, declaró en la misma que se sentía confiado en que tanto Alemania como otros países miembros de la OTAN apoyarían a Ucrania frente a la actitud belicista de Rusia.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, opina que Petró Poroshenko ha planeado este incidente con fines electorales, para salir victorioso en las próximas elecciones presidenciales del próximo 31 de marzo que se celebrarán Ucrania. Putin ha declarado textualmente que: “Hay claras señales de que fue una provocación preparada de antemano y destinada a ser utilizada como excusa para declarar el estado de guerra en el país”.

Son 24 los marineros ucranianos que han sido apresados por Rusia y que se encuentran actualmente en Crimea, estos militares ucranianos van a ser enviados a prisión preventiva por dos meses y serán encausados por entrar ilegalmente en el país cuando se celebre el juicio. Lógicamente Ucrania pide la puesta en libertad inmediata de todos ellos.

La península de Crimea puede convertirse en la causa que genere un conflicto bélico de difícil solución

El mar de Azov y el estrecho de Kerch son dos lugares geoestratégicos que Rusia necesita tener bajo su control para asegurar la defensa de la península de Crimea, anexionada por Rusia en perjuicio de Ucrania, por lo que la presencia militar de ambos países se hace patente en estas aguas. Tarde o temprano tenía que llegar el día en el que surgiese un incidente que ponga en riesgo la seguridad de la zona y también de paso la estabilidad de la paz en Europa.

Ígor Voronchenko, comandante de la Armada de Ucrania, ha pedido a la comunidad internacional el cierre del estrecho de Bósforo, como respuesta a Rusia por haber cerrado el estrecho de Kerch, es una muestra más del estado prebélico que se vive entre los dos países.