Los festivales de Música se han convertido en el nuevo motor de la economía en España. Los aficionados a los festivales de música ya superan a los seguidores del motociclismo o del fútbol. Está demostrado que su impacto en la economía tiene un gran efecto en otro tipo de sectores. Pero los festivales tendrán que enfrentarse a un reto en el presente: igualdad en el escenario entre hombres y mujeres (no solo en el número de artistas de cada género, también en el caché que cobran).
El momento álgido de los festivales ha sido esta década con 1.000 festivales al año
Este fin de semana ha tenido lugar el Mad Cool Festival en la ciudad de Madrid. La próxima semana tendrá lugar el emblemático FIB, Festival Internacional de Benicassim, donde más del 60% de los usuarios son británicos. España está viviendo una época de esplendor de los festivales de música. Parece que a los españoles les encanta el efecto sanador que tiene la música para el alma y el bienestar de las personas; por eso, cada vez hay más seguidores de estos eventos que giran alrededor de la música en directo y el “buen rollo”.
Los festivales empezaron a organizarse durante la década de los años 90 como eventos que giraban alrededor de la música en directo y dirigidos a los espectadores que quieren disfrutar de una experiencia única donde compartir momentos de diversión y de cultura.
El primer festival que se celebró en España, para un público masivo, fue el Espárrago Rock que tuvo lugar en la ciudad de Granada en el año 1989 y desde ese momento aumentaron los festivales y el número de espectadores que asisten a los mismos. Pero el boom de los festivales tuvo lugar durante la última década, llegando a la cantidad de mil festivales a lo largo del año.
La 'festivalización' se transforma en un motor económico
Estamos ante una tendencia que los expertos han denominado “Fenómeno de la Festivalización” por la que estos eventos se han convertido en la principal forma de consumir música en directo y tendría más seguidores que los eventos del motociclismo o del fútbol. A lo largo de los últimos años, los festivales han aumentado y han terminado siendo la fuente de riqueza y de desarrollo, tanto económico como social, de los lugares en los que tienen lugar.
Por ejemplo, la empresa Ticketmaster, que se encarga de la venta y distribución de entradas, ha asegurado que solo en el año 2018 el número de turistas que vinieron a España a disfrutar de algún festival de música han aumentado en un 116%. Solo los diez festivales más importantes mueven 1,6 millones de espectadores, cada año.
Solo el impacto económico que genera este tipo eventos musicales ascendería a unos 5.600 millones de euros dentro de la economía española. De los cuales, un 44% se quedaría en el territorio de Cataluña y los diez primeros festivales moverían cerca de 400 millones de euros. Todo esto estaría dentro de lo que se conoce como “Economía naranja” que es aquella que está relacionada con la industria vinculada a la cultura y a la creatividad.