En una época en la cual el desempleo y la interminable deuda pública siguen siendo motivo de preocupación para millones de españoles. Un gráfico con informaciones reveladoras publicadas por el Banco de España, deja al descubierto la indignante realidad que, actualmente, afecta sobre todo a los habitantes de la Comunidad de Madrid.
Y es que si bien el Producto Interno Bruto ha tenido un incremento considerable, el estado no deja de estar en crisis de un modo alarmante.
Inexplicable aumento de la deuda se contrapone al crecimiento del PIB
Si bien el PIB ha aumentado hasta un 3% encima del promedio, a lo largo del último par de años que el PP lleva al mando, el endeudamiento de la Comunidad ha avanzado de tal manera, que se prevee un ascenso a 7,500 millones de euros para el 2018. Dicha recesión se remonta a los tiempos de Esperanza Aguirre en el 2003, con el famoso "Tamayazo" que tanta polémica ocasionara al arrancar su gobierno.
Por aquel entonces, la cantidad a deber por la ciudad eran de unos 8,756 millones de euros. Para junio de 2017, la misma se fijaba en 32.555 millones de euros, mientras que el PIB pasó a crecer de un 6.3% a más del 15%.
Los números no cuadran cuando el PP y compañía se hallan de por medio.
No hace falta recordar que desde la época de Aguirre, la recesión ha sido la norma para la mayoría de los madrileños. Actualmente, la Comunidad de Madrid ocupa el cuarto lugar a nivel nacional sobre la deuda pública, solo por detrás de Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía.
Así es como los regalos fiscales mantienen estancada a la Comunidad de Madrid
El Impuesto de Sucesiones y Donaciones, así como el Impuesto al Patrimonio con sus bonificaciones, se perfilan como los principales culpables en medio de este panorama desolador. Y es que entre ambos, llegan a llevarse una exorbitante cantidad de hasta 2,000 millones de euros, que van a parar a los bolsillos de un porcentaje mínimo de la población.
La conformada por las familias y políticos más adinerados de Madrid. No hace falta recordar que el mandato de Esperanza Aguirre en la capital, fue precisamente el impulsor de dicha medida, la cual prevaleció con Ignacio González y que tanto Ciudadanos, como Cifuentes a través del PP, se han encargado de mantener.
Urge una reforma fiscal que los mantenga a rayas para que el Estado, por fin, pueda empezar a invertir en tecnología y más servicios básicos para la población.