La crisis inmobiliaria en España ha dejado atrás cifras escalofriantes. Si bien muchos consideran que ya en 2015 se superó esa fase de decrecimiento del sector, al experimentarse, según el INE, una importante subida en la inversión y en el empleo y, a pesar de los buenos datos que se vienen dando últimamente, la verdad es que no puede olvidarse el tremendo parón que el mismo sufrió durante los peores años de la crisis económica.

Crisis del sector de la construcción

Con datos del INE en la mano, en primavera de 2009, la inversión llegó a desplomarse más de un 18%.

Y el empleo cayó casi un 25% por las mismas fechas.

Todo ello, unido a la galopante deuda de las Administraciones Públicas, y a las medidas de recortes en gastos públicos, tuvo como consecuencia que muchos proyectos de construcción se abandonaran o quedaran inconclusos, esperando quizás tiempos mejores.

Toledo y la obra pública

La ciudad de Toledo no ha sido una ciudad especialmente afectada por estos recortes, porque tampoco antes de desatarse soportaba un nivel de obra pública enorme. Aun así, sus efectos se han hecho notar.

Aún quedan en nuestra ciudad testimonios vivos de mastodónticos proyectos que han terminado siendo esqueletos sin vida o que están todavía a la espera de un destino digno.

Edificios a medio hacer, proyectos que avanzan a un ritmo lentísimo, e incluso obras terminadas que han resultado un tremendo fiasco y no se usan para lo que fueron pensadas.

Cierto es que la condición de Ciudad Patrimonio de la Humanidad limita bastante, por su propia naturaleza, cualquier iniciativa en este ámbito, y la somete a fuertes restricciones.

Pero en nuestra ciudad, como en muchas otras, son varios los ejemplos de obras públicas que costaron muchísimo dinero y que aún no son aquello que estaba diseñado.

Toletum

Situado en la entrada desde Madrid, junto a la moderna estatua dedicada a Alfonso VI, conquistador de la ciudad, esta gran estructura, denominada Toletum, pensada como Centro de Recepción de Turistas, fue construida en 2008 y no le ha abandonado la polémica desde entonces.

Cierto es que no se trata de una obra pública en sentido estricto, pues se construyó con dinero privado, pero se realizó una concesión de un suelo de titularidad pública, que recientemente se ha extinguido.

Hoy en día apenas sirve como sede de algunos pocos eventos a lo largo del año, y se encuentra habitualmente desocupada y cerrada. Incluso el parking que tiene anexo es usado habitual y gratuitamente por los visitantes que acuden cada día a Toledo para trabajar o por ocio.

Quixote Crea

Como segundo ejemplo, tenemos el llamado en su día Auditorio Quixote Crea, situado junto a una de las vías más importantes de la ciudad, la Avenida Europa. Llamado a ser, según el propio Ayuntamiento, “un símbolo de modernidad para la ciudad de Toledo”, se presupuestó en 35 millones de euros.

El edificio, una vez terminado, iba a contar con un auditorio para más de 700 personas, con una superficie de unos 6.000 metros cuadrados en los que se repartirían diversas salas polivalentes, una sala de exposiciones y una cafetería, además del auditorio y teatro.

En 2010 se concedió la licencia de obras. Éstas comenzaron, pero en 2014 la obra se detuvo por falta de financiación. Pero hoy se encuentra paralizado y en situación desastrosa, habiendo incluso desaparecido equipos que ya estaban instalados.

Nuevo Hospital de Toledo

El llamado Nuevo Hospital de Toledo, cuyas obras comenzaron a plantearse hace ya unos quince años, sigue sin estar terminado. Otro desastre producto de la crisis, de la mala gestión o de lo que sea.

El Hospital se inició en 2002, pero ocho años después, en 2010, las obras se detuvieron por la crisis económica y de deuda de la Comunidad. Hasta hoy, sigue sin terminarse, a pesar de que en los últimos meses se han reiniciado ciertas labores.

Seguirle la pista a la cantidad de dinero invertida ya en esta construcción es muy difícil. Algunos hablan de 204 millones de euros, pero con el hospital sin terminar, esto resulta precipitado. Y prever qué pasará al final, a pesar de todas las promesas y declaraciones de los políticos, es una quimera.

El caso es que ahí está. Ahí continúa, creciendo muy poco a poco, mientras los ciudadanos contemplan y esperan que por fin los trabajos queden completados. Trabajos que, como demuestran las fotos que acompañamos, están muy lejos del fin.