Los aficionados estaban tan acostumbrados a verlos, a tenerlos en la La Liga, que ya se habían olvidado de lo que era el Fútbol antes de ellos. Pero hubo un tiempo, quizás remoto, en que Real Madrid y Barcelona no tenían en sus filas a los dos jugadores más importantes del siglo. Hubo un tiempo en que se jugaron los títulos, y especialmente el gran choque que cada año les enfrenta en varias ocasiones, sin ellos. En concreto, 11 años.
Las fecha a recordar
El próximo domingo día 28 de octubre, a las 16:15 horas peninsulares, FC Barcelona y Real Madrid CF se verán las caras en el "Clásico de las ausencias".
Será en el Camp Nou, ante la afición blaugrana, cuyo equipo navega líder, aunque con dudas y con un rendimiento menor al de temporadas anteriores. Mientras, el conjunto blanco vive sumido en una crisis de proporciones históricas, quinto en la tabla, con el entrenado casi sentenciado, habiendo superado en la jornada 9 del campeonato liguero su propio récord negativo de minutos consecutivos sin marcar un gol. Una situación que invita a parar y reflexionar.
Ambos se van a enfrentar sin sus grandes estrellas, sin los jugadores que han monopolizado el fútbol y la atención mediática desde hace más de una década. No estará CR7, ahora en las filas de la Juventus de Turín. Y no estará Leo Messi, lesionado el pasado partido de Liga del FC Barcelona ante el Sevilla, y que deberá reposar al menos tres semanas.
Esto no pasaba desde hace 11 años. En concreto, el último Clásico en que no estaba ninguna de las dos estrellas del fútbol se jugó el día 23 de diciembre de 2007, hace más de una década, que parece una vida en términos futbolísticos. Aquel día, Cristiano no podía jugar porque no había fichado aún por el Real Madrid. Y Messi estaba, como hoy, lesionado.
La victoria fue para el Real Madrid por 0-1.
Equipos en situaciones parecidas
Es cierto que el Barcelona va líder. Es cierto que el Real Madrid lleva 4 partidos de liga sin ganar, y de ellos 3 perdidos. Pero ambos están en situaciones parecidas. Porque ambos están huérfanos de sus grandes referentes durante los últimos años, los futbolistas capaces de disputarse el trono a mejor jugador del mundo durante diez años seguidos, repartiéndose alternativa los galardones y los reconocimientos.
Ambos equipos llegan a este partido con dudas, más el Real Madrid, pero también el Barcelona, que ha demostrado siempre una gran dependencia de las intervenciones de Leo Messi. Y ambos equipos, por último, parecen haber entrado en una nueva era, en todos los sentidos. Una era que en el Real Madrid es más traumática, pero que en el Barcelona aún no ha desplegado todos sus efectos.
Lo que los equipos se pierden
El Real Madrid está hambriento de gol. El partido contra el Levante fue paradigmático: muchísimas llegadas, varios tiros a los postes, un portero que tuvo su día de gloria... y un solo gol, y marcado por un defensa. La marcha de Cristiano le ha sumido en una depresión que ya no se puede disimular; y la ausencia de un goleador, en un problema que ya nadie niega.
El Barcelona es Messi y vive por y para Messi. Sus goles levantan al público de sus asientos y empujan a sus compañeros. Su sustituto lo tendrá verdaderamente difícil. Sin él en el campo, el equipo a veces se vuelve predecible, vulgar incluso. Gana partidos, pero también se vuelve ordinario, lento, terrenal. Las lesiones del astro argentino a veces han supuesto problemas de resultados para el equipo blaugrana. El mejor visitante en estos momentos no es el Real Madrid, cuyo desempeño en el Camp Nou vendrá motivado por la crisis que sufre, y que se crecerá ante la ausencia de Messi.